IVA, vitamina para la industria cultural
El anuncio de la rebaja de la tasa del IVA de los libros del 4% al 1 % y de los discos del 16% al 4% es, sin lugar a duda, una buena noticia para los consumidores de cultura y para todos los escalones de la industria cultural. Por estos curiosos efectos de los idiomas y de las siglas, IVA significa igualmente en la jerga del management intellectual value added (valor intelectual añadido) y es un indicador utilizado en los temas desarrollados alrededor de los conceptos de capital intelectual.
El libro y la música son dos de los pilares más importantes de esta industria cultural relativamente desconocida del gran público pero que aporta un porcentaje cercano al 4% al PIB del país y con una tendencia al alza.
Con la rebaja del precio de los libros, de todos los libros, desde los destinados al público infantil como la tan activa literatura, los libros de texto, los libros científicos y técnicos y los universitarios, entre otros, se logrará más un efecto mediático que de rebajas perceptibles de precio. En España se publican cada año más de 60.000 títulos de los cuales la mitad son títulos nuevos, lo que significa que estos títulos nuevos no tienen un precio anterior sobre el cual se notaría la rebaja impositiva.
El efecto mediático de la bajada del IVA, junto con las acciones desarrolladas por el sector, serán sin duda un aliciente para el consumo del producto libro, que es el paradigma del producto cultural.
La sustancial rebaja del 16% al 4 % sobre los discos es una doble señal inequívoca. Primero: bajar el disco, desde el punto de vista impositivo, de la categoría de producto de lujo a la de producto cultural significa lanzar el siguiente mensaje: 'La cultura no es un lujo'. Y, en segundo lugar será un paso contra la piratería organizada que hace del precio la única ventaja competitiva.
El anuncio de la reducción impositiva debe ahora seguir con los trámites de aprobación por parte de la Unión Europea y no es tarea fácil.
Este camino puede llevar a un planteamiento distinto de los productos culturales en una Europa en marcha hacia una sociedad diferente, y encontrar también el apoyo de algunos países con una sensibilidad similar y deseosos de desarrollar la excepción cultural.
Este camino puede igualmente conducir a un congelamiento de la propuesta hasta días más bien peores, principalmente en lo que se refiere a la situación delicada que vive la industria musical.
Por otra parte, los diferentes actores de la cadena de las industrias culturales que conduce del valor intelectual al valor económico harían bien en encontrar tanto medidas como formas diferentes a la sola tasa impositiva para combatir la piratería y para fomentar el consumo, multiplicando las iniciativas en una sociedad donde el ocio y la cultura se encuentran en estos momentos en una fase de claro crecimiento.
Todo el mundo sabe que la vitamina tiene un efecto benéfico pero de duración limitada.