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CincoSentidos

El buen gobierno del bloque

Tras la nueva Ley de Propiedad Horizontal, los presidentes de las comunidades de vecinos se han convertido en una pieza fundamental para la revalorización o devaluación de las viviendas. Entre sus tareas están controlar a vecinos molestos o proteger al inmueble de la ubicación o la cercanía de actividades molestas como la prostitución a domicilio o los negocios ruidosos.

En las grandes capitales circulan ya redes de información, decisivas a la hora de ubicar las actividades más problemáticas. Para estos promotores, un presidente pasivo constituye una auténtica oportunidad de negocio, mientras otro que aplique hasta el límite las atribuciones otorgadas por la normativa representa un efecto disuasorio.

El presidente puede ser elegido por votación, de forma rotativa o por sorteo. Su mandato dura un año, salvo que en los estatutos del inmueble dispongan otro plazo. Los vecinos pueden proponer su cese si están disconformes con su gestión.

Una vez elegido, el presidente tiene la ineludible obligación de ejercer su cargo. æscaron;nicamente si los vecinos le dispensan de ello, por causa razonada, y deciden sustituirlo, puede aceptarse la renuncia. En caso contrario, deberá exponer los impedimentos ante el juez.

El problema no suele estar en las atribuciones del presidente, sino en que las decida ejercer. Enfrentarse a un vecino molesto no resulta agradable, ya que suelen ser conflictivos y, en ocasiones, hasta violentos. Aunque las decisiones deben contar con el respaldo de la mayoría de los vecinos, es un hecho que las iras de los afectados se dirigen, en primer lugar, contra el presidente.

Ante las dificultades, son muchos los presidentes que optan por apaciguar las tensiones y, con excesiva frecuencia, adoptan una actitud pasiva. Si actuar contra un vecino en concreto resulta complicado, los acuerdos son más fáciles cuando se trata de luchar contra un enemigo común. Es el caso, por ejemplo, del ruido excesivo provocado por el bar ubicado en los bajos o la instalación de una parabólica

Ignacio Sáenz Cosculluela, portavoz de la Plataforma Estatal contra el Ruido y Actividades Molestas (Peacram), subraya que 'la calidad de vida en el propio domicilio es un derecho fundamental, pero lo cierto es que una cuarta parte de los hogares sufre ruidos excesivos. Las comunidades de vecinos pueden presionar para obtener el amparo administrativo para que no se sobrepasen los 55 decibelios recomendado por la Comisión Europea'.

El exceso de ruido constituye uno de los principales enemigos del bienestar en las viviendas, con más de 12 millones de españoles afectados.

Una cuarta parte de los hogares españoles sufre ruidos excesivos

Medidas ante los vecinos molestos

l Los ruidosos. Los más frecuentes son los bares de copas. Los ayuntamientos debe consultar a los vecinos antes de dar la licencia, pero la opinión de éstos no es vinculante. Si la actividad resulta molesta, el presidente debe convocar a los vecinos, efectuar una queja formal ante el municipio, solicitar la medición de decibelios o presentar directamente una denuncia en el Juzgado.l Negocios incómodos. Quienes se sientan perjudicados por actividades como la prostitución han de presentar una queja al presidente de la Comunidad. Este deberá trasladarla a los inquilinos molestos y pedirles que cesen en su actividad. Si continúa, los vecinos pueden autorizar al presidente para entablar una acción judicial. Y esperar la sentencia, caso de que el Juzgado no haya suspendido cautelarmente la actividad. Los procesos son largos y complicados y no tienen garantía de éxito.l Los morosos. Según la reciente Ley de Enjuiciamiento Civil, el cobro de las deudas inferiores a 30.050 euros resulta bastante ágil. El impago puede ser castigado por el juez con el embargo del piso. La normativa facilita que el moroso sea sometido al escarnio de ver su nombre inscrito en el tablón de anuncios del inmueble.l Antenas parabólicas comunes. La instalación debe contar con la aprobación de un tercio de los propietarios. Quienes, obtenido este porcentaje, decidan mantenerse al margen, deberán pagar el dinero y los intereses actualizados, si un día quieren disfrutar de las emisiones.l Obras. Son un quebradero de cabeza para los presidentes, ya que deben tener notificación sobre eventuales modificaciones de los elementos arquitectónicos o los servicios de paso que afecten a otros vecinos. Las extralimitaciones están a la orden del día.

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