Nueve toros y todos inválidos
Mala corrida en Las Ventas. Tras la euforia provocada por el novillero Eduardo Gallo, el pasado lunes, la corrida de ayer fue absolutamente lo contrario. Tres sobreros, muchos inválidos y un generalizado clima de crispación. No hubo casi nada bueno y lo poco destacable quedó tapado por ese clima de aburrimiento.
Repetía Antón Cortés, en un ambiente de expectación que raramente sucede en Las Ventas. Pero Antón, en esta ocasión, no llegó ni de lejos a la altura de su anterior actuación en este San Isidro. Con un lote manejable, el diestro gitano de Albacete estuvo excesivamente brusco en los toques, toreó muy despegado y en ningún momento cogió el aire a sus toros. Tras matar al primero, resbaló en la cara sufriendo una voltereta sin consecuencias.
Tampoco Uceda Leal logró triunfar, aunque de sus manos salieron los mejores muletazos de la tarde. Siempre largos y templados, aunque nada se le tuvo en cuenta.
La feria no tiene término medio en el resultado. O nada o triunfos clamorosos con corte de orejas y salidas a hombros
Confirmó alternativa Leandro Marcos, que estuvo compuesto con su parado primero y que en su segundo -tuvo que enfrentarse con dos sobreros- mostró sus ganas, pero el toro final siguió la línea de los ocho anteriores.
En los festejos anteriores a la corrida de ayer pareció que la feria no tenía término medio en el resultado del festejo. O nada, o triunfos clamorosos, con corte de dos orejas y salidas a hombros por la puerta grande. Así ha ocurrido con el rejoneador Hermoso de Mendoza y con el novillero Eduardo Gallo.
El jinete navarro salió en hombros el viernes 14, tras firmar una de sus más completas actuaciones en Las Ventas. Muy templado y con la cuadra casi completamente renovada, Pablo Hermoso aunó la sobriedad y el temple con la conexión con los espectadores. Su tarde, de maestro ya consagrado, se vivió en la plaza como un auténtico deslumbramiento.
No menor fue la sensación que el pasado lunes dejó el novillero Eduardo Gallo, debutante en Las Ventas. En tarde de lluvia, el joven torero supo sobreponerse a las circunstancias y cuajar dos buenas faenas, de gran concepto y mucha entrega. Como no podía ser menos, el público se entregó hasta sacarle, finalmente, en hombros por la puerta grande.
Excepto estos dos grandes éxitos, poco más había dado de sí la semana. La tarde de rejones, el portugués Joao Moura estuvo templado pero poco acertado con los rejones de muerte; el sábado 15 se lidió una corrida muy floja de Carriquiri, con la que Uceda Leal volvió a mostrar su buena clase (y también su maestría en la suerte suprema), El Fandi exhibió su espectacularidad en banderillas y Serafín Marín, sus muchos deseos de abrirse camino. Y poco hicieron Manolo Sánchez, Jesús Millán y Javier Castaño el domingo 16, con la noblota e insustancial corrida de Palha. Los dos primeros fueron pitados.
En la novillada del día 17, el público mostró una gran dureza con el colombiano Luis Bolívar, triunfador el año pasado y que en este festejo se despedía de novillero de Las Ventas. Sergio Marín, que completaba la terna, resultó cogido por su primero, de manera que el festejo quedó mano a mano entre Bolívar y Gallo. La actitud del público fue muy distinta con ambos toreros: del apoyo incondicional a Gallo, a la extrema dureza a Bolívar.
El Juli anima la reventa
La presencia mañana de El Juli, en la primera de sus dos comparecencias en San Isidro, ha generado una gran expectación. Y se ha notado en la reventa. En días anteriores, los revendedores apenas han tenido grandes oportunidades de negocio. Sin embargo, con El Juli la demanda ha crecido. La gran incógnita es conocer cómo le va a recibir Las Ventas. En su última actuación, la Corrida de la Prensa de 2003, la afición mostró hacia el torero un extremado grado de exigencia, acorde a su condición de primera figura. Para mañana no se espera menos. El Juli lidiará reses de Gavira, junto a Manuel Caballero y Miguel Abellán, su antiguo compañero en la Escuela Taurina de Madrid.