El Bundesbank corrige al Gobierno alemán y eleva al 3,9% el déficit previsto en 2004
Por segunda vez en muy poco tiempo, la Comisión Europea puede verse obligada reprender a la todopoderosa Alemania por no ajustarse a las normas comunitarias. Ayer, el informe de mayo del Bundesbank alertó de que el déficit público alemán rondará este año el 3,9%, la misma cifra que el ejercicio anterior. De cumplirse el pronóstico, Joaquín Almunia, como hiciera el anterior comisario de Asuntos Económicos, Pedro Solbes, tendrá que reprender a la economía germana, que por tercer año consecutivo superará el 3% que fija el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la zona euro. La previsión del banco central alemán rectifica el optimismo del Gobierno germano, que la semana pasada había adelantado un déficit no superior al 3,3%.
Según el instituto monetario, el estado de las arcas públicas, aún sin contar los ayuntamientos, es incluso peor que el del año anterior. 'La situación de las cuentas públicas se ha deteriorado aún más y no se observan mejoras sustanciales', zanja el estudio.
Pero toda situación es susceptible de empeorar. Las expectativas para 2005 apuntan al cuarto año consecutivo violando el Pacto. La difícil situación presupuestaria actual y los previstos recortes fiscales dificultarán aún más respetar el límite del 3% el año que viene, señala el informe. El ministro alemán de Finanzas, Hans Eichel, reconoció ayer por vez primera esa posibilidad. El economista jefe del Bundesbank, Hermann Remspaerger, le aconsejó imponer nuevas medidas de consolidación, y en especial un mayor recorte en el gasto público, lo que Berlín rechaza por considerar que asfixiaría la recuperación.
Además de corregirle el cálculo del déficit, el Bundesbank censuró la postura beligerante de su Gobierno contra el dumping fiscal de los nuevos estados europeos. La pretensión de Berlín y París de homologar el impuesto de sociedades en la zona euro para luchar contra la deslocalización de empresas reduciría, en opinión del banco central gernabi, los beneficios económicos de la ampliación. 'Pondría en peligro el desarrollo de los nuevos países, que Alemania podría aprovechar gracias a sus estrechas relaciones comerciales. Como ejemplo, el tipo impositivo para las sociedades es nulo en Estonia y del 15% en Lituania.