Cautela entre los empresarios
El barómetro empresarial elaborado por TNS-Demoscopia para Cinco Días ofrece la primera valoración disponible sobre cómo han recibido los empresarios el giro político resultante de las elecciones del 11 de marzo. Un relevo que pilló a la mayoría de ellos con el pie cambiado. Casi todos apostaron en su día (hace tan solo unos pocos meses) por Rodrigo Rato como futuro presidente, y más tarde asimilaron, no sin reticencias, la idea de que Mariano Rajoy sucediese en el cargo a José María Aznar. La llegada de José Luis Rodríguez Zapatero ha supuesto por ello un importante giro, que por ahora reciben con bastante cautela.
La encuesta fue realizada en la semana del 3 al 10 de mayo, cuando los nuevos ministros acababan de recibir sus carteras. Y la designación del ex comisario europeo Pedro Solbes como vicepresidente y ministro de Economía fue recibida por los empresarios como una buena señal. Solbes transmite mucha o bastante confianza a seis de cada diez empresarios encuestados. Un porcentaje que se dispara hasta el 80% cuando la pregunta se hace a los ejecutivos de grandes empresas.
Sin embargo, casi el 48% de los encuestados cree que el Gobierno del PSOE será peor para la economía que el equipo anterior (sólo el 25,5% opina lo contrario). Y una mayoría relativa teme que el nuevo Ejecutivo sea menos eficaz que el del Partido Popular en materias como la estabilidad económica, el impulso a la productividad de las compañías y la lucha contra la creciente deslocalización de empresas. Preocupa, además, la posibilidad de que el nuevo Gobierno sea más intervencionista (56,5%). Un temor que alcanza al 69,6% de los encuestados en el sector de servicios y a un espectacular 86,7% en el bloque de empresas, de cualquier sector, con más de 300 empleados.
El Ejecutivo socialista saca mucha mejor nota en la capacidad para negociar con los sindicatos (un 70,5% opina que este diálogo será más fluido que con el Gobierno del PP) y gana por una leve mayoría relativa en las perspectivas para generar más empleo estable.
En cuanto a las expectativas para la economía, el optimismo que mostraban los empresarios en enero se ha moderado algo. Pero la mayoría sigue esperando una mejora de beneficios y se mantienen razonablemente las perspectivas de inversión. La variable más pobre sigue siendo la de aumento de la plantilla, que es especialmente pesimista en las empresas de mayor tamaño. Por sectores, el de la construcción destaca con la mejor valoración sobre la situación económica actual y el mayor grado de optimismo a futuro.
La cautela es, pues, la nota dominante ante un cambio de Gobierno que se produce en un momento en el que la economía podría desacelerarse por factores como el repunte espectacular del precio del petróleo. Sin embargo, las valoraciones sobre la situación económica actual y el grado de optimismo a futuro ponen de relieve que no existe, ni mucho menos, catastrofismo. Y la presencia de Solbes en el nuevo Ejecutivo aparece claramente como la variable que más tranquiliza a los empresarios, en espera de ver cómo materializa el PSOE un programa electoral con el que estaban poco familiarizados antes del 14 de marzo.