GAP desvela las malas condiciones de trabajo en sus fábricas
En el marco del agitado debate abierto en EE UU sobre las consecuencias sociales del libre comercio, una de las empresas de ropa punteras de este país, GAP, ha dado la sorpresa. La compañía ha publicado un informe en el que admite que las condiciones de trabajo en muchas de sus 3.000 fábricas en todo el mundo son mejorables.
GAP, dueña de las enseñas Banana Republic y Old Navy, ha dado un giro total en su estrategia. La empresa ha dejado de defenderse de las acusaciones sobre las pobres condiciones laborales en sus fábricas en países en desarrollo, y ha admitido las faltas. En 1996 la multinacional puso en marcha un código de conducta que cubre ocho áreas y que, entre otras cosas, prohibe la mano de obra infantil, la discriminación laboral, pone en consideración cuestiones medio ambientales y protege el derecho a la asociación. Son reglas con las que la empresa quería probar su sensibilidad social. Ahora GAP ha admitido que estas reglas apenas si se cumplen. 'Pocas factorías, si hay alguna, cumplen con estos puntos continuamente', según se admite en este informe al que se tiene acceso desde su página en Internet. GAP, que como la mayor parte de las empresas de confección tienen fábricas en casi todo el mundo, explica que en la mayoría de sus 3.000 plantas localizadas en 50 países se han producido problemas relacionados con castigos físicos o coerciones, empleo de niños, violación de normativas locales, malas condiciones sanitarias o de seguridad además de abusos verbales contra trabajadores.
El informe, de 40 páginas, dice que GAP ha acabado los contratos con 136 de estas fábricas por serias o excesivas quiebras de su código de conducta. La mayor parte están en Asia pero también se han cancelado los contratos con fabricantes indios, y europeos. GAP dice que mantiene contratos con las fábricas en caso de detectar problemas 'mientras creamos que mantienen el compromiso de mejorar las condiciones'.
La compañía dice que hay algunas violaciones de su código que no son fáciles de probar. Con ello se admite que los problemas pueden estar más extendidos de lo que se ha podido contrastar en este primer informe que se hará anualmente y ha sido redactado con colaboración de ONG y organizaciones religiosas.
Primera evaluación El 90% de los contratistas no pasa el examen
l Si las condiciones de las fábricas de GAP no son buenas, las que les ofrecen sus servicios son peores, de acuerdo con el informe de Responsabilidad Social de la empresa. Dicen en esta compañía que la situación del 90% de las fábricas de los potenciales socios no pasan el primer examen. En las siguientes inspecciones se verifica la corrección de muchos de los fallos. Al final se termina rechazando a uno de cada seis potenciales socios.l 241 fábricas producen para GAP en China, 11 de ellas tienen una calificación de 'excelente' en el informe y 25 requieren 'inmediata acción'.