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Carta Magna

Zapatero apoya que la Constitución europea se firme en Roma

El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha anunciado que la firma del Tratado de la Constitución europea tendrá lugar en Roma y no en Madrid, como había propuesto el Parlamento comunitario en honor a las víctimas del 11-M, tras entrevistarse en la capital italiana con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi. La reunión, que ha durado una hora y media, se centrado en la agenda europea, punto de concordia frente al disenso generado por la guerra de Irak entre Zapatero y uno de los grandes aliados europeos y amigo personal del anterior jefe del Ejecutivo, José María Aznar.

El avión del presidente español ha aterrizado a las 10.30 horas al aeropuerto internacional de Ciampino y, media hora después, Zapatero ha llegado al Palacio Chigi, sede de la Presidencia del Gobierno italiano, donde ha sido recibido por Berlusconi y ambos han posado muy sonrientes para la prensa gráfica. A las 12.15 horas, finalizado el encuentro, los dos mandatarios han celebrado una rueda de prensa conjunta, en la que Zapatero ha anunciado que finalmente será Roma y no Madrid la ciudad donde se celebrará la ceremonia solemne de la firma de la Carta Magna europea.

Aunque el presidente español ha reconocido que le agradaba de idea de rendir un homenaje a las víctimas de la matanza de Madrid, ha señalado que se trata de un asunto urgente y que "la agenda europea no puede verse modificada por el terrorismo". Roma se postulaba como candidata para cerrar de manera simbólica el ciclo iniciado en 1957, cuando la capital italiana albergó la firma de los Tratados que dieron lugar a la Comunidad Económica Europea (CEE). Madrid, por su parte, contaba con el apoyo del Parlamento Europeo en honor a la ciudad que se vio duramente sacudida por el terrorismo islamista. En todo caso, fuentes oficiales españolas ya habían reconocido que si Italia mantenía su interés por hacer la celebración en Roma, España no se opondría.

El objetivo de este viaje relámpago, que se enmarca en las reuniones bilaterales que está manteniendo Zapatero con los líderes europeos tras su victoria electoral del 14-M, ha sido, ante todo, demostrar que España e Italia seguirán en estrecha relación por la fuerza de sus intereses y por encima de amistades o de salidas de tono que el repliegue español suscitó en algunos dirigentes italianos. Así, Zapatero ha reconocido en la rueda de prensa que "España e Italia mantienen posturas contrarias pero respetuosas" en torno al conflicto. Así pues, como ya sucedió en Lisboa, el presidente ha aparcado las diferencias sobre Irak y ha dejado claro su respeto a las decisiones soberanas de cada Gobierno.

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