La vida no sigue igual para Zaplana
El fichaje de Julio Iglesias por su amigo Eduardo Zaplana en 1997, cuando este último era presidente de la Generalitat Valenciana, para que el cantante promocionase turísticamente la Comunidad fue muy criticado entonces por la oposición política. Ahora que Zaplana ha tenido que afrontar la derrota electoral del 14-M (y también en el PP de la Comunidad Valenciana), aquel nunca explicado contrato resurge como un fantasma del pasado. Un grupo de diputados del PSPV-PSOE en las Cortes Valencianas ha presentado ante el Tribunal Supremo una querella contra 19 consejeros y ex consejeros del Instituto Valenciano de la Exportación (Ivex), entre los que se encuentran el ex presidente y ex ministro Zaplana y el propio Julio Iglesias. El motivo está en presuntos delitos de malversación, falsedad y fraude fiscal vinculados al contrato.
Entre los implicados también aparecen el presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, el de la Cámara de Comercio de Valencia, Arturo Virosque, los ex consejeros de Industria (de los que dependía el organismo), Fernando Castelló y Diego Such, el ex director del Ivex José María Tabares.
La querella, ante el Supremo por la condición de aforado de Zaplana, llega después de saberse aspectos desconocidos del acuerdo, como que se pagaba a Iglesias en paraísos fiscales o que había un contrato B, no público, que elevaba la gratificación al artista afincado en Miami de 2,25 millones a 5,95 millones.