EE UU y Japón impulsan la economía mundial mientras Europa renquea
La OCDE prevé para este año un crecimiento fuerte y sostenido en los países más desarrollados del planeta. El aumento medio del PIB alcanzará el 3,4%, impulsado por el tirón de la economía norteamericana, Japón y China. En cambio, la Unión Europea seguirá renqueando, por debajo del 2%.
Estados Unidos se comportará de nuevo este año como la locomotora de la economía mundial, ayudado por la recuperación de Japón. Es lo que prevé la OCDE en su informe semestral de perspectivas económicas. El organismo multinacional con sede en París revisó ayer al alza el crecimiento de sus miembros (las economías más desarrolladas del mundo) hasta alcanzar una media el 3,4% en 2004, y del 3,3% en 2005.
Todo ello será posible gracias al espectacular crecimiento de EE UU (4,7% este año), impulsado por la creación de empleo. Japón echará una mano (el aumento estimado del PIB pasa del 1,8% al 3%) junto a China, que está viviendo un año más de expansión económica ininterrumpida, tras haber crecido un impresionante 9% en 2003. La adhesión de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC) supone también un aldabonazo al creciente peso del gigante asiático en la economía mundial.
La otra cara de la moneda la representa la Unión Europea, incapaz de reactivar su economía y perdida en reformas estructurales que no acaban de llegar. La debilidad se plasma sobre todo en Alemania e Italia, países a los que la institución coloca su previsión de crecimiento en sólo el 1,1%, y 0,9%, respectivamente. Ello repercutirá en que la zona euro sólo se apunte un escueto 1,6%, por debajo de lo previsto inicialmente.
El precio del petróleo 'brent' vuelve a alcanzar los 37 dólares el barril
Pero el crecimiento mundial no está exento de graves riesgos. Y uno de los principales es la escalada del precio del petróleo que podría retrasar la recuperación.
El economista jefe de la OCDE, Jean-Philippe Cotis, reconoció ayer que para que el crecimiento mundial se reactive sin ningún genero de dudas el precio del barril debe volver al entorno de los 25 dólares, que es el punto medio de la horquilla que los países exportadores englobados en la OPEP fijó como meta. La realidad está muy lejos de estas pretensiones.
Ayer, el precio del crudo brent (de referencia en Europa) volvió a superar los 37 dólares el barril, sin que sirviera de mucho el anuncio del lunes de Arabia Saudí (mayor productor de la OPEP) de aumentar la oferta de petróleo para no disparar más los precios. Cotis reconoció que si el crudo sigue a 37 dólares, el crecimiento del PIB mundial se resentirá, al menos, en dos décimas.
Otro de los riesgos de la economía mundial es el mantenimiento de los desequilibrios de la economía estadounidense. Al sempiterno déficit corriente se une ahora un fuerte déficit presupuestario para financiar los elevados gastos militares de la campaña de Irak. La OCDE recomienda al próximo Gobierno de Estados Unidos contención en el gasto para equilibrar el presupuesto.
América Latina
Por lo demás, y respecto a América Latina, el organismo dibuja un panorama mucho más optimista que hace seis meses aunque no exento de cautelas. El mayor crecimiento esperado de Estados Unidos servirá de hilo conductor a economías cercanas como la mexicana.
No obstante, las autoridades mexicanas 'deberían continuar con una estricta política monetaria' para contener la inflación y mantenerla en línea con la meta del banco central del 3%.
En cuanto a Brasil, la OCDE estima que seguirá la recuperación con un aumento interanual del PIB del 3%.
España se mantiene a la cabeza de la UE
La situación de la economía española parece un oasis dentro de la atonía europea. La OCDE prevé que el PIB de España siga acelerándose este año (2,9%, frente al 2,4% de 2003), manteniéndose en una posición privilegiada frente a los socios comunitarios, sólo superada por Grecia e Irlanda. No obstante, la institución entiende que el consumo 'debería reforzarse' con una 'sólida progresión del empleo' y la recuperación de la industria, que no acaba de despegar.La OCDE espera un ligero superávit fiscal (0,3% del PIB), similar al cosechado en 2003.