La banca aspira a duplicar este año el pago a crédito con tarjeta
Bancos y cajas intensifican sus planes comerciales para lograr que despegue el pago a crédito con la tarjeta, el denominado revolving. Con las nuevas ofertas aspiran a duplicar el volumen de pagos a final del año. Aunque a España aún le quedan tres años para llegar a los niveles del Reino Unido, según un informe de Morgan Stanley.
La carrera ha comenzado, a decir de las propias entidades. 'La batalla del revolving ya está librándose', afirmaba la semana pasada el presidente de 4B y director general de red comercial del Popular, Francisco Fernández Dopico. Desde hace unos dos años la gran banca (SCH, BBVA, La Caixa, Banco Popular y Caja Madrid) ha colocado a las tarjetas en primera línea comercial, consciente de las atractivas comisiones que aún están por cobrar. Junto a ellos, Banesto se ha distinguido también por su mayor actividad en medios de pago y Barclays ha hecho una decidida apuesta por potenciar el negocio. Todos se han propuesto sacar el jugo de un mercado que en España lleva retraso con respecto a países como el Reino Unido: el revolving, o pago aplazado con intereses, muy diferente del usual pago a fin de mes a tipo cero que utiliza la mayoría de usuarios de tarjetas.
Si el pago con dinero de plástico en comercios aún está en niveles muy bajos (sólo el 13% del consumo privado) y rondó los 57.000 millones el año pasado, abonar a crédito es aún menos habitual. Las estimaciones del mercado (no hay estadísticas oficiales de medios de pago) apuntan que menos de un 5% de esta cantidad se paga con revolving, menos de 2.800 millones de euros. Y las entidades perfilan otro dato, este pago con intereses supone en torno al 15% de los pagos con tarjeta de crédito (no de débito).
Ahora, los retos son, en primer lugar, duplicar este año el volumen logrado en 2003, algo factible porque se parte de bases muy pequeñas y por el ritmo de crecimiento del negocio, según varias entidades consultadas. Y, después lograr que en cinco años, el peso del 15% se eleve al 30%.
Bancos y cajas sofistican la oferta para que el cliente opte por pagar a plazos con intereses
¿Y por qué creen las entidades que los clientes se van a dejar convencer para pagar a crédito si les sale más barato pedir un préstamo al consumo? Por un lado, por los incentivos cada vez más sofisticados que ofrece la banca, con tarjetas que conllevan descuentos de hasta el 10% de las compras (como el último lanzamiento del BBVA, con topes, aunque no sea una tarjeta sólo revolving). A esto se añade que bancos y cajas cada vez lanzan productos más específicos y con más servicios para animar el pago a crédito (la Visa Oro 123 de Banesto o la Premier de Caja Madrid, por ejemplo). Y, sobre todo, que 'los tipos de interés que se ofrecen han ido bajando y en unos años hemos pasado de más del 20% TAE a niveles del 12%-14%', señala Matías Morillas, jefe de productos de medios de pago en Banesto.
Pese a los síntomas de que el negocio se anima, España aún está muy lejos en el uso del dinero de plástico que se da en otros países europeos. Según un reciente informe de Morgan Stanley, hacen falta tres años para llegar al nivel actual del Reino Unido, (en 2002 ya registró 170.000 millones de euros en gasto con tarjetas de crédito, frente a los 43.000 millones de España ese año).
El banco de inversión ve un amplio recorrido al mercado, nada saturado. Y uno de los revulsivos provendrá de la entrada de bancos extranjeros con potente presencia en el negocio, como Barclays, Citibank, Cetelem (del grupo BNP Paribas) o el estadounidense MBNA, que inició su actividad en 2002.
Los cálculos salen porque hay un cambio de actitud y 'el cliente empieza a ver las ventajas de tener una línea de crédito permanente', señala Manuel Tabas, responsable de medios de pago del Popular.
Tendencia. Las hipotecas incitan a los españoles a endeudarse con la tarjeta
Cuanto más dinero se va en la hipoteca, más tendencia a endeudarse para cubrir gastos adicionales. Hasta aquí, el razonamiento es lógico. Pero lo curioso es que las entidades financieras están detectando que una parte del mayor uso de la tarjeta de crédito viene precisamente por este mayor endeudamiento de las familias españolas. Pese a esto último, 'no baja el consumo', señala Matías Morillas, jefe de productos de medios de pago de Banesto. Muchos clientes deciden financiar con la tarjeta gastos de importes medios de más de 3.000 euros.La sofisticación de las ofertas y de los incentivos de las tarjetas presidirán esta batalla comercial que se acentuará en los próximos meses. Y las propias entidades no descartan bajadas de tipos de interés en las tarjetas, aunque no hasta el punto de librar una guerra de precios, sobre todo si el precio del dinero inicia finalmente la senda alcista.
Precios. Siempre es más caro el 'revolving' que los préstamos al consumo
No es lo mismo pagar con la tarjeta de crédito un gasto extra, como un viaje, que pedir en la oficina un préstamo al consumo. Esto último siempre es más barato, con intereses menores que van del 6% que ofrecen entidades en internet al 10% TAE, aproximadamente. En cambio, el tipo de una tarjeta de crédito revolving tiene horquillas más amplias y aunque la media puede rondar el 14%-15%, llegan a veces hasta el 25%.Y lo lógico es que nunca sean más baratos que un crédito al consumo, dicen los banqueros. Entre otras razones, porque el riesgo de morosidad de una línea de crédito siempre abierta en la tarjeta es mayor que en un préstamo estudiado por la sucursal, explica Manuel Tabas, responsable de medios de pago del Popular. Los servicios añadidos a la tarjeta (seguros de robo, asistencia en viaje, etc.) también encarecen el producto.