Poco competitivos
Uno de los retos económicos a los que tiene que hacer frente de manera urgente el nuevo Gobierno socialista es la mejora de la competitividad exterior de nuestra economía. A pesar del fuerte crecimiento económico registrado en los últimos años, la cuota de mercado de la economía española en el comercio mundial está prácticamente estancada desde el año 1997. Y una de las principales razones de este frenazo es el escaso peso que la alta tecnología tiene en nuestra cartera de exportaciones de manufacturas (10%, frente al 25% en el apartado de las importaciones).
Los productos de alta tecnología (un bloque en el que se engloban desde el material aeronáutico hasta los medicamentos) son poco sensibles a los vaivenes del ciclo económico y su comercio crece a ritmo constante. España se ha especializado en un tipo de tecnología media y baja (automóvil, textil...) mucho más volátil y en la que existe una creciente competencia internacional tanto en materia de salarios como de calidad. Y es urgente reorientar la política industrial para encontrar nichos de alta tecnología que garanticen nuestra competitividad y crecimiento futuro.