Duelo en Montmeló
Enhorabuena por la campaña de marketing'. Un sorprendido Michael Schumacher felicitaba el año pasado a los responsables de Renault al finalizar el gran premio de España de F1 disputado en Montmeló (Barcelona). Las gradas estaban plagadas de banderas azules y amarillas, los colores de la escudería francesa, y el piloto de Ferrari pensó que aquellas banderas habían sido una idea promocional de Flavio Briatore, director Renault. En realidad se trataba de banderas asturianas que se agitaban en honor del piloto de Oviedo.
La anécdota, que al menos ha servido para que el piloto alemán sepa situar el Principado en el mapa, se volverá a repetir mañana, cuando más de 110.000 aficionados, la mayoría apoyando a Fernando Alonso, abarroten el circuito catalán. La carrera tiene sabor a revancha. En 2003 tan sólo 5,7 segundos separaron al Renault de Alonso del Ferrari de Schumacher. El otro piloto de la escudería italiana, Rubens Barrichello, completó el podio. McLaren-Mercedes y BMW-Williams fueron los grandes derrotados.
Sin embargo, Alonso no lo tendrá nada fácil. Michael Schumacher llega insultante a Montmeló. Ha ganado las cuatro carreras que se han disputado hasta ahora este año (Australia, Malasia, Bahrein y San Marino) y lo que es más preocupante, ningún coche ha conseguido hacerle sombra. 'Fernando, sin contar los problemas que ha tenido en los entrenamientos, unas veces por errores suyos y otras del equipo, está haciendo un buen mundial, y lo mejor está aún por venir', comenta Adrián Campos, ex piloto de fórmula 1 y manager de Alonso. 'Montmeló es un circuito que se le da bien. Además corre en casa y el factor psicológico es de gran importancia en un piloto', añade.
El impacto económico en la zona de influencia supera los 55 millones
Además de la batalla de motores, los expertos señalan que en Montmeló se librará otro duelo igual o más importante: el de los neumáticos. Bridgestone equipa a los italianos, mientras que Michelin se encarga de las gomas de Alonso. 'Las cerradas curvas del circuito, junto con un asfalto muy abrasivo, supondrán una dura prueba para los neumáticos', señalaba Pat Symonds, ingeniero jefe de Renault a F1.com, el sitio web oficial del mundial de automovilismo.
Además de los enfrentamientos deportivos habrá una tercera lucha, esta vez comercial. Dos compañías de telefonía móvil, Vodafone y Telefónica, rivalizarán por rentabilizar sus inversiones de patrocinio. La operadora española, muy activa en el apoyo al motociclismo, ha decidido este año aprovechar el tirón de la alonsomanía. Para ello ha firmado un acuerdo de colaboración por el que pagará 11 millones de euros anuales por patrocinar al piloto asturiano y a la escudería. Su gran rival, Vodafone, hace lo propio desde hace cuatro años con Schumacher y Ferrari.
Tres días muy rentables
El fin de semana de carreras transforma la vida de Montmeló, una pequeña localidad de 8.200 habitantes, perteneciente a la provincia de Barcelona. Eso sí, para bien. Aparte de inconvenientes como el ruido y las aglomeraciones, el impacto económico del gran premio en la comarca (abarca desde la venta de entradas, reservas de hoteles, gasto en bares y restaurantes, etcétera) es de 55 millones de euros, según cálculos de la Generalitat de Cataluña, copropietaria del circuito junto al RACC y al Ayuntamiento de Montmeló.
'Esta cifra quizás se haya quedado algo desfasada y por eso hemos encargado un nuevo estudio económico', manifestó la pasada semana Josep Bargalló, conseller en cap. El éxito económico es tal que la organización ya está en conversaciones con Bernie Eccleston, patrón del gran circo de la F1, para mantener el gran premio de España hasta 2011.
Negocios en el 'paddock'
Los patrocinadores oficiales de las escuderías de F1, además de figurar con sus logotipos en los monoplazas, rentabilizan su inversión al utilizar los grandes premios como pequeñas convenciones en las que contactar con proveedores y clientes.'A lo largo del año invitamos a más de 1.000 de nuestros mejores clientes de todo el mundo a las carreras', comenta Andrew Collins, director global de patrocinios deportivos de HP, sponsor del equipo BMW-Williams. El centro neurálgico para hacer negocios es el paddock, una especie de club privado en el que cada escudería y sus promotores agasajan a sus invitados. En Montmeló está situado justo enfrente de la recta de meta. Tan privilegiada ubicación permite ver con detalle la salida y el final de la carrera o la espectacularidad de la entrada y la salida de los fórmula 1 en boxes.El paddock cuenta con circuito cerrado de televisión para ver la carrera o un completo bar donde picar o tomar vinos franceses o Dom Perignon.