Los desafíos que esperan a Rodrigo Rato al frente del FMI
Los directores del FMI se reunieron ayer por la tarde en Washington, noche en España, para elegir al nuevo director gerente de esta institución y cubrir así el puesto dejado por Horst Köhler el pasado 4 de marzo. Rodrigo Rato, ex vicepresidente del Gobierno de José María Aznar, a falta de ratificarse su nombramiento y convertirse así, previsiblemente a partir de junio, en el primer español al frente de esta institución financiera internacional, se enfrenta al reto de conciliar los intereses económicos mundiales.
L a directora gerente interina del FMI, Anne Krüger, presidía ayer la reunión de los 24 directores ejecutivos. En un primer paso, todos ellos expresarían en público sus opiniones sobre los dos candidatos, Rato y Mohamed El Erian.
Una vez determinados los apoyos de cada uno se votaría formalmente al candidato, algo que ayer, antes de la reunión, se esperaba que fuera por unanimidad y a favor del ex vicepresidente español, quien estará al frente de la institución en un momento de reforma de objetivos, 60 años después de su fundación. La presentación por parte del director egipcio de la candidatura de El Erian, que ya ha trabajado en el FMI y ahora es director de operaciones del fondo Pimco, se percibe como un símbolo con el que se espera abrir en el futuro un proceso de selección que siempre se ha atenido a la regla no escrita de que sea un europeo el que ocupe la dirección del fondo y un estadounidense de la del Banco Mundial.
De hecho, ayer se hablaba más de confirmación de nombramiento que de elección. Rato contaba con el aval de los mayores accionistas de esta institución, los países de la UE y EE UU además de América Latina. El ex vicepresidente, que ha intentado aunar el mayor consenso posible, se reunió a finales de abril en Washington con los ministros de finanzas de los países del África subsahariana quienes dijeron confiar en que Rato entendiera los inmensos problemas que afrontan sus países.
El proceso de selección, carente de reglas fijas, ha incluido un encuentro oficial de los directores con los dos candidatos. En esta reunión, celebrada la semana pasada, cada uno expuso su visión sobre el trabajo del FMI. No ha trascendido mucho de estas conversaciones aunque si que Rato ha puesto el acento en el papel político de la institución para dar uno secundario a los análisis técnicos, algo que no se tiene costumbre de escuchar en el FMI.
También de política habló recientemente Köhler, quien dejó el puesto al ser nominado para ocupar la presidencia alemana. En una entrevista con una publicación interna de la institución, el ex director gerente asegura que es momento de que los países europeos hagan 'un gesto político audaz y se repiensen su propia representación' en el FMI. Actualmente la UE tiene representación en 10 'sillas' distintas. Köhler anima con sus palabras a que todas se junten en una sola. 'Apoyo una visión de una unión política europea más estrecha y consolidar las sillas en el consejo ejecutivo es consistente con esa visión'.
Köhler también anima el debate sobre la apertura del proceso de elección del director gerente al asegurar que apoya que este sea 'abierto y transparente'. 'No veo ninguna razón para restringir la búsqueda de un candidato a un país o una región en particular. Pero debemos ser realistas, siempre va a haber un elemento político en la selección'. El ex director afirmaba también que las cuotas actuales están desactualizadas y no dan el peso real a países en desarrollo.
CV
Nombre Rodrigo Rato Figaredo.Edad 55.Filiación política Partido PopularFormación académica Licenciado en Derecho, doctor en Economía, Máster en Administración de Empresas.Trayectoria política- 1979, ingresa en Alianza Popular, antecesora del PP.-1980, miembro del comité ejecutivo de AP.-1982, elegido diputado.-1989, elegido secretario general adjunto del PP.- De 1996 a 2000, vicepresidente segundo y ministro de Economía y Hacienda. A partir del año 2000 deja la cartera de Hacienda.Trayectoria profesional Consejero delegado en Aguas de Fonsanta, Pinos Jaime Serra, Edificaciones Padilla y Construcciones Riesgo. También trabajó en la cadena de emisoras Rato, de su familia, y en publicidad.
El liberal que explotó el éxito económico de España
Rodrigo Rato tiene ganada fama de impuntual, pero esta vez ha llegado en punto a su cargo de primer ejecutivo de la primera institución económica mundial, el FMI. Hasta este momento se ha labrado un itinerario profesional envidiable que comenzó en la gestión de sus empresas familiares y ha culminado con la vicepresidencia del Gobierno español. Desde 1996, Rato ha capitalizado desde el Ministerio de Economía y Hacienda todos los éxitos económicos de los últimos años: equilibrio presupuestario, reducción del impuesto de la renta, recuperación de la economía e intensiva creación de empleo.Es, sin duda, el principal artífice del milagro económico que permitió a España entrar en el euro y reducir a la mitad la tasa de paro heredada en 1996. Pero ni sus críticos más ácidos le niegan su buena mano para acelerar la convergencia con la UE.De perfil liberal, aplicó su credo económico y sociológico a rajatabla en los primeros años del PP en el Gobierno, tras tutelar la negociación que consolidó el pacto parlamentario con los nacionalistas moderados catalanes y vascos, con el que Aznar gobernó en la primera legislatura. Culminó de forma acelerada el proceso de privatizaciones de las empresas públicas, aplicando el criterio de competencia en los estrechos mercados de bienes y servicios existentes entonces en España, y cerró acuerdos con los sindicatos y la patronal para consolidar una de las etapas más fructíferas de moderación salarial, paz social y generación de empleo.Compareció a la sucesión de Aznar en el verano de 2003, sin ocultar su ambiciosa disposición a la presidencia del Gobierno, pelea que en el PP se resolvió a favor de Mariano Rajoy. Rato defendió en Europa, donde logró un estimable respeto político y profesional, sus criterios presupuestarios y liberalizadores, aunque a última hora fueran precisamente alemanes y franceses quienes quisiesen ponerle una última zancadilla para evitar su llegada al FMI.