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Índice Eriste

La inversión no residencial en Estados Unidos crece con menos vigor del previsto

El PIB estadounidense mantiene pautas de crecimiento similares a las de finales de año. Así, el consumo se acelera en detrimento de la inversión, que ha defraudado

En Estados Unidos, los datos de contabilidad nacional del primer trimestre arrojan un aumento del PIB del 1,0% intertrimestral, un ritmo similar al mostrado a finales del año pasado. Respecto al año anterior, el aumento ha sido del 4,9%.

La demanda interna ha crecido un 4,9%, superando nuestra previsión. La discrepancia respecto a lo esperado proviene la inversión en inventarios que ha sido mejor de la prevista. Eliminando este componente de demanda, los resultados han defraudado ligeramente. La inversión residencial ha moderado su crecimiento hasta una tasa del 0,5% intertrimestral, frente a un aumento del 1,9% en el cuarto trimestre de 2003. La inversión no residencial ha mantenido un buen ritmo, aunque también se ha moderado creciendo un 1,7% intertrimestral. En el cuarto trimestre de 2003 lo hizo a una tasa del 2,6%.

El componente de demanda que mejor comportamiento ha tenido ha sido el consumo privado, que impulsado por un nuevo recorte fiscal ha vuelto a acelerarse en el primer trimestre. En estos meses el consumo ha crecido un 0,9% frente a un aumento del 0,8% en el cuarto trimestre de 2003.

El sector exterior ha tenido una contribución nula al crecimiento del PIB gracias al buen hacer de las exportaciones que impulsadas por una divisa más débil han vuelto a acelerarse en el primer trimestre. En principio valoramos positivamente los datos publicados aunque mantenemos ciertas dudas de cara al segundo semestre. Si se consolida la mejora del mercado de trabajo (en marzo el empleo aumentó en 308 mil personas, el mayor aumento mensual desde marzo de 2000), cabría esperar continuidad e incluso un cierto repunte de la actividad económica en los próximos meses. Si el mercado de trabajo sigue flaqueando como en los últimos meses, es probable que asistamos a un escenario de desaceleración en la segunda mitad del año.

Recientemente, la fortaleza mostrada por los indicadores mensuales publicados en abril ha llevado a la Fed a anunciar un cambio de sesgo en la política monetaria, que pasaba a ser alcista. Este anuncio, unido a la bondad de los datos publicados, ha hecho que se tensionen al alza los tipo de interés en dólares cotizados en distintos mercados. La pregunta relevante ahora, no es si los tipos de interés subirán, sino, cuando y cuanto. Teniendo en cuenta que los datos publicados denotan una menor fortaleza de la prevista, no creemos que la Fed suba los tipos de interés en su reunión del 5 de mayo, y tampoco es muy probable que lo haga antes de verano aunque la inflación empieza a preocupar.

Todo indica un repunte inflacionista

La tendencia de los precios es alcista. En marzo el IPC ha crecido un 1,7%, repitiendo la tasa del mes anterior. Excluyendo energía y alimentos, el IPC ha saltado hasta una tasa del 1,6% desde un 1,2% en febrero. Aunque los precios han subido de forma moderada, las previsiones apuntan a un repunte de la inflación. La fortaleza de la demanda interna, más la aceleración de los precios de importación y las expectativas de precios por parte de las empresas, apuntan en esta dirección.

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