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Bolsa

El precio del petróleo frena el tirón de la Bolsa

Tras el paréntesis de marzo, la Bolsa ha retomado en abril la senda alcista. Eso sí, con menos vigor y más nubarrones en el horizonte de lo que todo hacía prever hace 15 días. El Ibex 35 cerró ayer con una bajada del 0,61%, mientras que en la semana acumula unas pérdidas del 2,66%.

Tras el paréntesis de marzo, la Bolsa ha retomado en abril la senda alcista. Eso sí, con menos vigor y más nubarrones en el horizonte de lo que todo hacía prever hace 15 días. El Ibex 35 cerró ayer con una bajada del 0,61%, mientras que en la semana acumula unas pérdidas del 2,66%. Esto deja el balance mensual con una revalorización de tan sólo el 1,13%, que al menos sirve para que el selectivo se mantenga como una de las mejores plazas occidentales en lo que va de año, con una ganancia del 4,81%.

Abril ha sido pues un mes con dos caras. El Ibex 35 cayó a su mínimo anual el pasado 15 de marzo como consecuencia de los atentados de Madrid y el resultado de las elecciones generales. Desde entonces, y en tan sólo 19 sesiones, el selectivo se revalorizó un 9,7%. Los buenos datos macroeconómicos en EE UU, sobre todo en lo que se refiere a la creación de empleo, y el positivo arranque de la campaña de resultados llevaron al índice a marcar el pasado 13 de abril su nivel máximo en dos años, 8.444,3 puntos.

La llegada a la zona de máximos, que ya se le había atragantado a la Bolsa antes del 11-M, coincidió con la aparición en el primer plano de los mercados de una serie de incertidumbres que sobrevolaban alrededor de los índices desde principios de año, pero que se habían mantenido en la sombra por los buenos datos económicos: subidas de tipos en EE UU, los riesgos geopolíticos, medidas para frenar el recalentamiento de la economía china, la escalada del precio del petróleo o las dudas sobre la recuperación en Europa.

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Los analistas creen que el escenario de fondo para la renta variable sigue siendo positivo, aunque reconocen que a corto plazo estas incertidumbres inducen a recoger beneficios, aumentando la volatilidad de los índices.

'En abril se ha producido un cambio claro en las expectativas de los inversores', señala Mercedes Camacho, responsable de análisis de Safei. 'El mensaje de Greenspan presidente de la Reserva Federal de EE UU hace pensar que las subidas de tipos serán antes de lo previsto y quizás más drásticas', añade.

En principio, los bonos y las acciones son inversiones alternativas, por lo que una subida de los tipos de interés oficiales debería ser negativa para la renta variable. Un encarecimiento del precio del dinero supone mayores costes financieros para las empresas, frenando los planes de inversión, y una ralentización en el consumo privado. El mensaje de Greenspan y su preocupación por el repunte de la inflación ya se han cotizado en el mercado de deuda. La rentabilidad del bono a 10 años estadounidense, que se mueve de forma inversa a los precios, ha repuntado en abril más de 60 puntos básicos.

'Ahora bien, si la subida de tipos se interpreta como una constatación de que la recuperación económica está encauzada, es positivo para las Bolsas', argumenta Camacho. En su opinión, ahora mismo está pesando más en el ánimo de los inversores el lado negativo que el positivo del comienzo de una política monetaria restrictiva porque va aparejada a las otras incertidumbres anteriormente mencionadas.

Esta analista cree que a pesar del comportamiento de la última semana, la Bolsa no ha abandonado la tendencia alcista de fondo, y simplemente se encuentra en una fase de corrección tras alcanzar zona de máximos. 'El nivel de los 8.000 puntos supone un suelo bastante sólido para la Bolsa. Rupturas por debajo de este nivel constituirían una señal clara de compra', concluye.

Natalia Aguirre, responsable del departamento de análisis de Renta 4, coincide con esta visión del mercado. 'Una subida de tipos en EE UU no debería sorprender a nadie por el momento del ciclo que atraviesa su economía. Sin embargo, en nuestra opinión, el fondo alcista de la Bolsa se mantiene gracias a los buenos datos macroeconómicos, los resultados empresariales y la atractiva rentabilidad por dividendo que ofrecen muchos valores', argumenta.

En Europa la duda acerca de los tipos de interés es otra. El retraso de la recuperación económica del área euro hace que el debate se centre en si el precio del dinero volverá a bajar o se mantendrá. A tenor de los últimos mensajes de Jean-Claude Trichet, gobernador del BCE, ésta última parece la opción más probable. Lo que ocurre es que independientemente de lo que haga el organismo monetario europeo, la reacción de los inversores a la primera subida de tipos en EE UU será que marque la pauta en los mercados, según los analistas.

Aunque la economía estadounidense crece a un buen ritmo, los expertos advierten de sus desequilibrios y recuerdan que hasta ahora la recuperación ha sido sustentada por unas políticas monetarias y fiscales ampliamente expansivas. 'La duda que pesa sobre los mercados es, por un lado, cuánto tiempo pueden aún permanecer estos motores auxiliares sin crear otra serie de problemas secundarios, como el aumento del déficit público o un repunte inflacionista, que obligarían a una agresiva subida de tipos', advierte Gustavo Trillo, director de gestión de JP Morgan Fleming España. 'Por otro lado, la cuestión es saber si una vez que estos motores pierdan fuerza el crecimiento económico demostrará ser ya autosuficiente o por el contrario perderá también pujanza'.

De momento, en el primer trimestre de 2004 la economía estadounidense ha crecido al 4,2%, un ritmo considerable, sobre todo si se compara con Europa, pero por debajo de las previsiones de los analistas, que pronosticaban un crecimiento cercano al 5%.

El precio del crudo y el riesgo geopolítico

Otro factor que sigue teniendo un impacto significativo en los mercados es el riesgo geopolítico. La situación en Irak se ha enquistado, la amenaza terrorista tras el 11-M es más patente y la escalada de violencia en Oriente Próximo continúa. 'Es difícil para los mercados acostumbrarse a esta situación de inestabilidad', reconoce José Luis Martínez, economista jefe de Citigroup.

La escalada de violencia tiene un efecto adicional que también ha traído en jaque a los inversores durante el último mes: la subida de los precios del petróleo. Las tensiones en Oriente Próximo, junto con el aumento de la demanda desde Asia y las continuas reducciones de producción por parte de la OPEP han hecho que el precio del barril de brent haya subido un 9,96% en este periodo, hasta 34,65 dólares. 'Una escalada excesiva del precio del petróleo durante un periodo de tiempo prolongado podría desequilibrar las estructuras de costes de las compañías y, lo que es más importante, reavivar el fantasma inflacionista', según Natalia Aguirre.

Entre tanto dato negativo para los mercados, el comportamiento del dólar ha sido positivo. En abril el billete verde se ha apreciado un 2,84% frente al euro, gracias a la pujanza económica de EE UU, y la posible subida de tipos por parte de la Reserva Federal.

'En definitiva, nos queda por delante un año en el que podemos seguir manteniendo nuestro mensaje positivo de vuelta a la normalidad en los mercados financieros, pero en el que la búsqueda de rentabilidades significativas (mayores del 10%) se convertirá en un objetivo difícil de alcanzar si no adecuamos nuestros vehículos de inversión a este nuevo entorno', apunta Trillo.

Se imponen las estrategias a corto plazo

Las incertidumbres que rodean actualmente los mercados han cambiado las estrategias de brokers y fondos de inversión.'Los ahorradores se han vuelto mucho más cortoplacistas, aprovechando bajadas del mercado para entrar y repuntes posteriores para vender', explica Mercedes Camacho, responsable de análisis de Safei.El soporte actual de la Bolsa, según Camacho, se sitúa en torno a los 8.000 puntos. 'Si éste se perforase nos podríamos ir hasta los 7.700 puntos, nivel que supondría oportunidades interesantes de compra', añade.Natalia Aguirre, jefa de análisis de Renta 4, advierte que el momento actual del mercado obliga a ser muy selectivos. 'Hay compañías que lo han hecho muy bien como Gamesa, TPI o Indra, y ahora podrían pasar por dificultades'.Aguirre cree que el mercado se mueve en una banda que oscila entre los 8.000 puntos y los 8.500 puntos. 'Aprovecharíamos la parte baja de la banda para comprar y la parte alta para deshacer posiciones parcialmente porque ahora mismo no hay motivos suficientes para que el mercado supere los máximos anuales'.

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