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Tecnología y valor
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

3G, los servicios que vienen

Luis Maldonado, socio de Accenture, abre una serie de tribunas sobre los retos del mercado de las telecomunicaciones

Cuando las subastas de las licencias de telefonía móvil 3G se permitían hasta modificar la inclinación de las cuentas de determinados Estados europeos, algunos operadores móviles se debían imaginar que en poco tiempo sus clientes se convertirían en seres cantando a través de sus teléfonos móviles en el metro o viendo en directo el partido de fútbol de su equipo favorito, cortesía de su proveedor de telecomunicaciones.

Han pasado algunos años, y mientras el protocolo WAP ha tenido un grado de aceptación limitado, la tecnología GPRS, que proporciona una velocidad intermedia de transmisión de datos entre la GSM tradicional y la esperada UMTS, parece encontrarse en estado aún incipiente.

Aun así, en el mercado español se acaban de lanzar sendos productos de transmisión de datos 3G orientados a la empresa, que consisten básicamente en un pack de tarjeta instalable en un ordenador portátil con una tarjeta SIM del operador móvil capaz de transmitir datos bajo tecnología UMTS. Todo ello con el envoltorio comercial 3G.

Tras los últimos años de incertidumbre económica, es más que lógico que los operadores aborden con prudencia el despliegue de red e inversiones masivas en servicios 3G, y que se basen fundamentalmente en la demanda existente como requisito previo para acometer las correspondientes inversiones.

¿Y desde el punto de vista de los clientes? El único servicio móvil que puede considerarse por ahora un auténtico éxito es el de la comunicación interpersonal. Es decir, la voz móvil complementada con los mensajes cortos SMS y algunos servicios de valor añadido que lo rodean, como el buzón de voz o el desvío de llamada.

¿Van por tanto a demandarse servicios móviles de datos que precisen un gran ancho de banda si parece que aún está despegando la tecnología previa GPRS, de menor capacidad? Lo que ha pasado últimamente en el mundo de los contenidos puede servir de base para conocer lo que puede llenar las líneas de transmisión de datos en el futuro.

La mayoría de las páginas web se han sofisticado hasta límites insospechables. La venta de cámaras digitales se ha masificado en las últimas Navidades. La moda de las cámaras se viene trasladando a los teléfonos móviles. La industria musical se transforma forzadamente ante el ascenso imparable del pirateo de los medios tradicionales. El sector de los videojuegos goza de un crecimiento exponencial. La mayoría de los medios de comunicación tradicionales apuestan ya por versiones digitales. Por último, en las empresas la evolución 'sin papel' ha dado lugar a la revolución 'con correo electrónico'.

El ascenso imparable del tamaño medio que ocupa un determinado contenido es el patrón común a los puntos anteriores. Pocos contenidos de calidad quedan ya por debajo del megabyte.

Transmitir contenidos de megabytes a través de GPRS en un escenario de movilidad es una cuestión de muchos minutos o incluso horas. Que la movilidad aporta valor añadido a los diferentes contenidos es obvio. El mercado, por tanto, tiende a segmentarse progresivamente en dos tipos muy diferentes de clientes: aquellos partidarios de GPRS, que seguirán haciendo un uso fundamentalmente basado en la clásica 'comunicación personal' (voz, mensajes cortos y otros servicios de valor añadido como el buzón de voz), sin necesidad de capacidades de transmisión UMTS como tecnología de soporte; y otro segmento al alza que requiere sumar como valor añadido la movilidad a la transmisión de un contenido 'de calidad'.

Para este último, paradójicamente, la tecnología GPRS posiblemente se haya ya quedado obsoleta desde su inicio. Y simplemente de debe al tamaño de la mayor parte de los contenidos que gestiona. Estos clientes precisarán un ancho de banda -como mínimo- de tercera generación para poder satisfacer sus necesidades de movilidad.

Sólo la voz unida a los mensajes cortos puede considerarse un éxito hasta ahora

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