Más cultura inversora
El inversor español es hoy más exigente con la entidad que gestiona su dinero, está más informado y empieza a ser más atrevido a la hora de asumir riesgos. Así lo refleja una encuesta realizada entre 750 ahorradores españoles por Nexo ICCS para Société Générale (SG) con el fin de encontrar el perfil del inversor medio. Todo indica que mejora, poco a poco, la cultura inversora en un país, como España, que se incorporó más tarde que sus vecinos europeos al llamado capitalismo popular.
El comportamiento de los inversores está muy marcado por las graves pérdidas en la Bolsa ocurridas durante tres años consecutivos, entre 2000 y 2002. La caída de precios desde los niveles de los años de la burbuja ha provocado una aversión generalizada al riesgo. A esta actitud prudente contribuyeron escándalos financieros como los de Gescartera y Eurobank. Pero la experiencia reciente demuestra que los productos más conservadores -como los fondos garantizados- no son los más interesantes en fases alcistas de la Bolsa como la que, con altibajos, se mantiene desde marzo de 2003.
El perfil del inversor español es aún demasiado conservador, pero algo está cambiando. Muchos partícipes han comprobado que sus fondos apenas rentan pese a las subidas en Bolsa, que han sido del 28% el pasado año y del 6,4% en lo que va de 2004. Así que la petición de rentabilidad empieza a hacerse oír en mayor medida que la seguridad de que el capital quedará inalterado. Eso sí, como en el panorama se ven grandes incertidumbres -políticas y económicas-, los plazos cortos siguen siendo los favoritos. Es importante que el inversor sea cada vez más activo en la petición de explicaciones sobre el destino de sus ahorros. Reclama buena información, es decir, concreta y comprensible; en definitiva, pide más transparencia. El inversor, pues, quiere ser más responsable de su inversión. Buena señal.