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Lealtad, 1
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Despiste entre los analistas

Las cotizaciones de la Bolsa parecen querer reflejar en las últimas sesiones el despiste de aquellos que forman los precios a través de las órdenes de compra y venta. El empleo en Estados Unidos es un buen ejemplo. Hace bien poco las expectativas del mercado eran lineales. Más empleo era mejor para la Bolsa. ¿Por qué? Porque lo necesario era demanda y crecimiento, algo que sólo se consigue con empleo.

Ahora bien, ¿qué ocurriría si dentro de un par de semanas se publica que en el mes de abril se crearon, pongamos, 450.000 empleos? Pueden pasar dos cosas. Que la Bolsa suba o que baje. Que suba por el premio del mercado a la formidable recuperación del mercado laboral estadounidense o que baje porque la hipotética cifra refleja potenciales tensiones inflacionistas, y los tipos de interés estarían abocados al repunte en un breve plazo.

Es por ello que las últimas noticias tienen un efecto difuso en el mercado. Tampoco tienen claro los expertos la rotación sectorial más conveniente ante la presumible subida de los tipos de interés. 'Recibes varios informes de estrategia las grandes firmas de inversión de Wall Street y cada una de ellas aconseja una estrategia totalmente distinta para afrontar el escenario actual', señala un analista, 'unos dicen que el alza de tipos será malo, pero otros creen que es una señal positiva porque refleja la mejora económica'.

Estas dudas, unidas a la cercanía de la reunión del 4 de mayo, han poco menos que paralizado el mercado. El próximo martes el bolsista podrá experimentar una vez más el trance de desgranar las palabras de Alan Greenspan como si se tratase de azafrán. Ahora la cuestión es si dejará de asegurar que será 'paciente' antes de cambiar su política monetaria.

Está obligado a jugar a los equilibrios. A no asustar al mercado, pero tampoco crearle la falsa expectativa de que el dinero se va a regalar siempre. Ahora bien, tiene que lidiar con un toro difícil, las expectativas bursátiles. Las reacciones no siempre son racionales, y casi nunca previsibles. Aunque un inversor supiese a priori la declaración de Greenspan, sería incapaz de prever a ciencia cierta la respuesta de los mercados.

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