De la otra pintura ibérica
La exposición Cinco pintores de la modernidad portuguesa (1911-1965), en la Pedrera de Barcelona, resulta sorprendente a menos que el visitante sea especialista en arte del país vecino.
El comisario de la muestra, Pedro Lapa, director del Chiado (Museo Nacional de Arte de Lisboa), matiza que con la selección no se ha tratado de presentar una antológica del arte portugués contemporáneo. Pero a pesar de la advertencia, la muestra parece una antología y, como mínimo, resulta una instantánea precisa de unos años en que los cinco artistas escogidos, tres hombres y dos mujeres, iniciaron nuevos caminos de investigación plástica que significaron la ruptura con la estética habitual y la propuesta de nuevas maneras de hacer.
Así, las 51 obras que se exponen en el edificio de Gaudí hasta el próximo 16 de mayo pertenecen a cinco artistas que rompieron con lo establecido. El pintor más famoso es posiblemente José de Almada Negreiros (1893-1970), gracias al retrato del poeta portugués Fernando Pessoa. Sin embargo, es Maria Helena Vieira da Silva (1908-1992) la más citada en las enciclopedias de arte. Otro de los pintores es Ama Souza-Cardoso (1887-1918), que tuvo mucha influencia en el arte luso a pesar de haber muerto a los 31 años. Fue de los primeros innovadores de la pintura de su época, gracias al contacto con las vanguardias artísticas de París.
El cuarto artista seleccionado es Joaquín Rodrigo (1912-1997), el mejor representante de la abstracción geométrica. Y completa la lista una pintora aún en activo, Paula Rego (1935), que es, de los cinco, la que refleja en sus obras un mayor grado de compromiso político, como por ejemplo en Salazar vomita la patria, una obra realizada en 1960 contra el dictador portugués.
El trabajo de todos ellos es el fruto de la creatividad surgida gracias al choque entre el entorno local poco estimulante del que procedían y el contacto directo que mantuvieron con los movimientos de vanguardia de la modernidad internacional.
Pista literaria
En la muestra Cinco pintores de la modernidad portuguesa (1911-1965) se expone una obra que tiene una conexión literaria. Se trata de Retrato de Fernando Pessoa, que fue realizada por José de Almada Negreiros en 1954, y puede resultar muy familiar al visitante aficionado a la literatura porque es la imagen que la editorial Seix Barral escogió para la portada de El libro del desasosiego, el volumen que recoge todos los textos en prosa del escritor portugués.