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Tribuna
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Retos para España de la ampliación de la UE

La incorporación de los países del este y centro de Europa a la UE el próximo mes de mayo tendrá importantes consecuencias para España. En la actualidad los fondos de la UE están garantizados hasta 2006, cuando se abrirá el nuevo periodo presupuestario, en un contexto en el que no sólo habrá más países entre los que repartir los fondos de la Unión, sino también en el cual los países más ricos de la UE son cada vez más reticentes a ampliar los límites presupuestarios asignados actualmente a estos programas (un 1,27% del PIB de la UE).

Dado que los nuevos Estados miembros son significativamente más pobres, la ampliación va a reducir la renta media por habitante en relación al PIB de la UE entre un 10% y un 20%. Esto va a producir la aproximación de la renta por habitante de los españoles a la media de la UE. Bajo las actuales reglas, 11 de las 17 regiones españolas reúnen las condiciones para recibir los fondos estructurales. Tras la ampliación de 2004, sólo cuatro tendrán esas condiciones (Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Galicia) y, con la incorporación de Bulgaria y Rumanía en 2007, sólo las dos primeras podrán recibir fondos. A menos que se cambien las condiciones de acceso a estos fondos, la ampliación tendrá un importante efecto sobre los mismos y, por consiguiente, en la inversión pública financiada parcialmente a través de estos programas, que en el caso de España ha llegado a ser más del 15% de la inversión pública total.

Al mismo tiempo, en el corto plazo, uno de los retos más importantes para la economía española será la competencia proveniente de los nuevos miembros. La UE constituye el mercado de un 70% de nuestras exportaciones y existe preocupación de que la ampliación pueda resultar en una pérdida de cuota de mercado de los productos españoles. Este temor se fundamenta en el hecho de que los nuevos países también se especializan en productos basados en mano de obra intensiva y de tecnologías básicas o medias, tales como maquinaria, equipamiento eléctrico, productos textiles, y automóviles, que constituyen la mayoría de las exportaciones españolas a los países de la UE, y en los cuales la competencia a través de precios es muy importante. Este es un factor clave porque, en estos países, los costes laborales son entre un 20% y un 60% más bajos que los de la UE actual y los salarios son hasta cinco veces más bajos. Por último, las reformas económicas que se están desarrollando en esos nuevos miembros hacen a éstos muy atractivos para la inversión extranjera, lo cual puede resultar en un desplazamiento de las inversiones.

Hay que resaltar, sin embargo, que muchos de estos temores podrían ser exagerados. Por un lado, desde principios de los noventa la UE ha firmado acuerdos de liberalización de comercio con estos países, lo que se ha traducido en un incremento significativo de las exportaciones de esos nuevos miembros (una media del 12% en la pasada década). Este incremento, sin embargo, no ha impedido que las exportaciones españolas hayan crecido una media de más del 13% durante este mismo periodo. Por otro lado, los nuevos miembros compiten en unos segmentos de mercado de diferente calidad. Además, sus exportaciones se van a ver afectadas por otras variables, como sus niveles de inflación o la apreciación de sus tipos de cambio, durante el proceso de convergencia nominal de estas economías.

En 16 años España ha conseguido una aproximación macroeconómica nominal a la media europea. Sin embargo, España todavía tiene que progresar para aproximarse a la media europea en convergencia real (la renta por habitante en España es el 87,8% de la renta de la UE). Con ampliación o sin ella, España tiene que acometer reformas que mejoren las estructuras económicas y productivas del país, y que aumenten la productividad del capital humano, significativamente más bajo que la media europea. En este sentido, la ampliación puede ayudar en este proceso porque abrirá nuevos mercados y proporcionará acceso a países con costes laborales más bajos. La clave del éxito para España se derivará de la implementación de políticas que potencien la productividad y competitividad y que aumenten la presencia comercial y política de España en estos países.

Profesor de la Universidad de Suffolk en Boston y codirector del Seminario de Estudios Ibéricos del Centro de Estudios Europeos de la Universidad de Harvard

La clave del éxito se derivará de la implementación de políticas que potencien la productividad y competitividad

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