La reelección de Lemierre en el BERD despeja el camino a Rato para el FMI
Rodrigo Rato se ha quedado aparentemente sin rivales de enjundia en la carrera hacia la dirección del Fondo Monetario Internacional (FMI). El francés Jean Lemierre, favorito del eje París-Berlín, fue reelegido ayer presidente del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD), y aunque ambos cargos no son incompatibles, el nombramiento se interpreta como una capitulación de esta candidatura ante los apoyos recibidos por la que encabeza el ex ministro de Economía español.
Rato y Lemierre fueron los elegidos a principios de mes por el Consejo de Ministros de Economía de la UE para presidir el FMI, una tarea desempeñada tradicionalmente por un europeo, mientras que un estadounidense suele llevar las riendas de su institución hermana, el Banco Mundial.
Ayer parecía el día propicio para conocer al sucesor de Horst Köhler en el FMI, coincidiendo con la 13 asamblea del BERD en Londres. Pero la decisión se pospuso finalmente.
Ahora se apunta a que el desenlace podría conocerse esta semana en Washington, coincidiendo con la reunión de primavera del FMI.
Ante la renuncia implícita de Lemierre y el desinterés con que han sido recibidas las candidaturas tangenciales del búlgaro Milen Velchev y el francés Pascal Lamy, Rato es considerado el favorito al aunar los apoyos de Latinoamérica, buena parte de Europa y Estados Unidos.
Según la prensa británica, Rato cuenta también con el respaldo privado de Gordon Brown, ministro de Economía inglés y presidente interino del FMI. Brown es el encargado de sondear la opinión de los países no europeos del FMI y su papel es clave en la elección del cargo.
La rígida costumbre que reserva este puesto a técnicos europeos ha generado la protesta de terceros países, que han presentado a un candidato egipcio con posibilidades ciertamente dudosas.
EE UU, el otro gran beneficiado del reparto de poder en el FMI y el Banco Mundial, confía en que las cosas no cambien. 'Espero que siga siendo así', afirmó ayer Samuel Bodman, el subsecretario del Tesoro, cuando se le preguntó si veía bien que el nuevo presidente del FMI fuera otro europeo.