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'Telecos'

KPMG dirimirá los desacuerdos entre Móviles y Bellsouth

Son 5.850 millones de dólares los que están en juego y, por ello, ni Telefónica Móviles ni Bellsouth han querido dejar nada al azar. Y el precio es el principal aspecto a salvaguardar. Las dos compañías se han cubierto las espaldas y han acordado apelar a KPMG en caso de desacuerdo con las valoraciones. Su veredicto será vinculante.

El objetivo de Telefónica Móviles y de Bellsouth es ahorrarse estos honorarios, pero en cualquier caso han previsto que KPMG sea la firma auditora que medie entre ellas en caso de que no se llegue a un acuerdo con el precio.

La valoración máxima de la operación por la que la española comprará a la estadounidense diez filiales en Latinoamérica es de 5.850 millones de dólares. A esta cifra se ha llegado después de poner precio a cada una de las compañías de forma individual y en estos momentos Telefónica está haciendo una auditoría interna para determinar con todos los datos en la mano si la valoración ha sido la correcta.

Aquí es donde entra en juego KPMG. Si Telefónica Móviles quiere hacer algún ajuste en el precio se lo tendrá que comunicar a Bellsouth. La estadounidense dispondrá de 45 días para decidir si está de acuerdo o no con los cambios. En caso de desacuerdo, tiene que comunicarlo por escrito y empezará a contar un plazo de diez días en el que ambas se deberán sentar frente a frente para intentar limar diferencias. Si el encuentro sale bien, las dos compañías firmarán un documento definitivo y vinculante, pero si no KPMG será la respuesta. La auditora tendrá que analizar la situación, la salud financiera de las filiales de Bellsouth y las alegaciones de las partes en 30 días y emitir un informe concluyente y de obligado cumplimiento para las partes.

Ernst & Young evaluará, en caso de desacuerdo, los balances de las filiales

A pesar de las cautelas, fuentes de Telefónica Móviles confían en que el recurso a KPMG no sea necesario. El proceso de auditoría de las diez filiales está muy avanzado y todo apunta a que no habrá problemas. Además, la compañía española ha fichado a Morgan Stanley y a Merrill Lynch para que validen el precio máximo acordado, 5.850 millones de dólares, y el de cada una de las compañías. La denominada fairness opinion ya ha sido emitida y los dos bancos de negocio consideran adecuado el precio.

Una segunda auditora

Pero KPMG no es la única auditora que puede cruzarse en el camino de Telefónica y Bellsouth. Ernst & Young también está llamada a entrar en escena si la compañía española encuentra sorpresas en el balance de las operadoras latinoamericanas. En este caso, su mediación se referirá a cualquier desacuerdo que haya con la calidad de los activos o con contingencias patrimoniales de las compañías y de las medidas que, en forma de provisiones, haya tomado Bellsouth al respecto.

Más allá del precio o del estado del balance de las operadoras latinoamericanas de Bellsouth, esta compañía y Telefónica Móviles han establecido un último mecanismo de salvaguarda para limar asperezas. Se trata de la interpretación del acuerdo de compra firmado entre las dos empresas el pasado 5 de marzo y de cualquier problema que surja con él.

Compradora y vendedora están de acuerdo en acudir a las reglas de arbitraje de la Cámara Internacional de Comercio en caso de conflicto. El lugar elegido para las vistas será Nueva York y el tribunal, de tres árbitros, no podrá alterar ninguna de las cláusulas o modificar un acuerdo de 106 páginas, pero sí decidir quién tiene razón en caso de disputa.

Y es que el pacto de compra no sólo determina el precio y los términos financieros de la operación, sino que contempla un abanico de circunstancias, desde la cesión de las marcas hasta los deberes de confidencialidad.

Atentos a

Telefónica Móviles y Bellsouth han acordado acudir al arbitraje internacional si alguna de ellas viola el acuerdo de compra. Nueva York será la sede del juicio y las reglas en las que se basará serán las establecidas por la Cámara Internacional de Comercio.

Viana se compromete a defender el dividendo en cualquier adquisición

El presidente de Telefónica Móviles, Antonio Viana-Baptista, tuvo ayer una junta general de lo más tranquila. Es cierto que hubo dos intervenciones -el año pasado no hubo ninguna-, pero ambas, aun en tono crítico, fueron comedidas y dieron la oportunidad a Viana de tranquilizar los ánimos de los accionistas. La principal preocupación de uno de los socios que intervino en la asamblea fue el mantenimiento del dividendo, ahora que Telefónica Móviles se ha embarcado en una adquisición de 5.850 millones de dólares.El presidente de Móviles no dudó: el pago de dividendo está garantizado, entre otras cosas, porque la adquisición de los activos latinoamericanos de Bellsouth contribuirá positivamente al beneficio por acción desde el primer año. La compañía se ha comprometido a volver a cumplir este año la política de elevar la remuneración a los accionistas, por lo menos, al ritmo de la inflación.Otra preocupación de los accionistas es el precio de la acción. Es cierto que la cotización subió un 33,5% el año pasado, pero también que sigue lejos de los 11 euros a los que salió a Bolsa. Viana aseguró a los inversores que toda la compañía trabaja para que la cotización vuelva a esas cotas y más lejos, y que cree que su política los lleva por ese camino.Tal y como estaba previsto, el presidente de Móviles tuvo palabras para el nuevo Gobierno, al que alertó de los peligros en caso de que no dé una respuesta al problemas de las antenas. España podría quedarse a la cola del desarrollo tecnológico, advirtió.

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