Los insectos llegan a la dieta mediterránea
El mercado más tradicional de Barcelona se ha abierto a la experimentación por gracia de Llorenç Petràs y su hijo Isaac. Ambos son propietarios desde hace más de un cuarto de siglo de un local en la Boquería que se ha convertido en el primer establecimiento de España que vende insectos para el consumo humano.
La idea de comercializarlos y convertirlos en un ingrediente básico de toda dieta le sobrevino a Isaac en uno de sus viajes por América del Sur. 'Tanto mi padre como yo hemos viajado por todo el mundo y siempre hemos querido conocer que se consume en cada país visitando sus mercados locales', explica.
Después de comprobar que los insectos, productos inusuales en los menús occidentales eran ingredientes comunes en platos típicos de países de otros continentes, decidieron importar la idea.
Hace dos semanas cuajó el proyecto y a su oferta de siempre, principalmente verduras, se le ha unido la de gusanos, hormigas y escorpiones, entre otros bichos. Desde entonces, su establecimiento se ha convertido en el más transitado de la Boquería y de los que más venden: en dos días dio salida a productos que tenía pensado vender en un mes. El local es de parada obligatoria para curiosos que acuden únicamente para ver qué insectos venden los Petràs y para aquellos deseosos de iniciarse en nuevos sabores. Un ajetreo que no gusta demasiado a los propietarios de las paradas vecinas.
La procedencia de los ingredientes es la cuestión que más preocupa a los consumidores. 'Provienen de granjas creadas expresamente para la cría en el lugar de origen, como en México o Colombia, y además necesitan ser homologados por el Ministerio de Sanidad', palabras con las que Isaac intenta tranquilizar a sus clientes. Además de informar, también aconseja a la clientela. 'Los escorpiones son algo sosos. Prefiero los gusanos tostados, aunque si no gusta el picante mejor no probar los que tienen sabor a chile', advierte.
Para iniciar poco a poco a los clientes en la cocina de insectos han optado primero por comercializar productos a modo de aperitivo o postre. Entre otros, ofrecen caramelos y piruletas que contiene en su interior escorpiones o una jalea real con una abeja en su interior, que por su puesto, también se come.
Según explica Isaac, no hay un cliente tipo. 'Se ha acercado gente de toda edad, incluso de 75 años', explica. Y de todo los lugares, como unas amigas canarias que se acercan hasta la Boquería para conocer tan curioso alimento y un grupo de colegiales gaditanos dispuestos a descubrir si 25 gramos de bichos equivalen a un bistec de 300 gramos, como dice Petràs. El próximo reclamo: una partida de insectos vivos y trozos de serpiente.
Unos 25 gramos de insectos equivalen a un bistec de 300 gramos
Un menú con hormigas para iniciarse en nuevos sabores
Para el gerente de El Palau Vell, el único restaurante en España que ofrece por el momento en su carta platos a base de insectos, que lleguen estos productos a la mesa es una cuestión cultural.Si comemos caracoles, ¿por qué no podemos introducir los grillos en nuestra dieta?, se pregunta Josep Martín responsable del restaurante, ubicado en la localidad barcelonesa de Sant Andreu de la Barca. Martín asegura que a los comensales les resulta sencillo dejar aparcada la sensación de repulsa con las que en un principio abordan los platos tan sólo con un bocado. 'Una vez han probado muestras de esta cocina, nos piden más', explica. El restaurante, especializado en cocina de mercado, prepara por un reducido número de recetas con insectos. Las huevas de hormiga flambeadas con miel de abeja son su plato estrella.