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Enfrentamiento

Caruana apoya a Cajamar en el conflicto con las rurales

El Banco de España empieza a estar preocupado por el enfrentamiento entre Cajamar, la primera de las cajas rurales, y el resto del sector. Por ello ha sugerido a las entidades que cambien su modelo de cooperación y adopten un sistema más abierto, como el de la CECA, con la esperanza de que superen el conflicto.

Las discrepancias entre Cajamar (fusión de la rurales de Almería y Málaga) con el resto de cajas rurales son latentes con estallidos cíclicos desde hace más de tres años. La estrategia que lleva la cooperativa de crédito andaluza, la primera del sector, al margen del grupo Caja Rural (que no funciona como grupo consolidado sino como agrupación de interés económico) ha provocado un enfrentamiento tal que las entidades decidieron en junio de 2002 expulsarla del grupo. Cajamar llevó el acuerdo a los tribunales y falta el pronunciamiento final.

Ante este escenario, el Banco de España ha vuelto a sugerir a las cajas rurales -que agrupadas forman el sexto grupo financiero español- que cambien su sistema de funcionar como grupo e imiten el modelo de las 46 cajas agrupadas en la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA).

Un modelo más abierto y no obligatorio en el que las entidades optan libremente por utilizar o no los servicios comunes (plataformas informáticas, soluciones para ahorro de costes, etc.) y mantener su presencia en las filiales conjuntas. Las rurales comparten el Banco Cooperativo, la filial tecnológica RSI y la de seguros RGA.

No es el primer mensaje que reciben en este sentido las cajas rurales. Pero sí el más claro. Se lo recordó en la asamblea del pasado 27 de marzo el director de inspección a cajas y cooperativas de inspección del Banco de España, Eduardo Galilea, un histórico en este organismo, que recibió un homenaje antes de su jubilación.

Ante representantes de las 77 entidades agrupadas en la Asociación Española de Cajas Rurales, apuntó la conveniencia de flexibilizar el esquema de funcionamiento como grupo, según varias fuentes consultadas en el sector.

La sugerencia ha llegado también por otras vías a las entidades. E incluso se ha puesto sobre la mesa que Cajamar pueda lograr un estatus especial, como el que tienen de facto La Caixa o Caja Madrid en la CECA al utilizar sólo una parte de los servicios comunes o apoyarse en ciertas participadas.

De fondo, subyace la idea de que el supervisor quiere acabar con el enfrentamiento entre Cajamar y el resto de entidades para no perjudicar la marcha de un sector que es la tercera pata del sistema financiero, interpretan las fuentes consultadas.

El último episodio

El conflicto parece haberse agravado. Cajamar decidió en julio pasado que a partir de enero renunciaba a los seguros de vida que se comercializan en común a través de RGA. Ya estaba negociando entonces la búsqueda de un socio que finalmente ha resultado ser el potente grupo italiano Generali.

La necesidad de aportar capital sin rentabilizar estos servicios fue la razón que le llevó a Cajamar a desligarse de la filial RGA (aunque mantiene los seguros de no vida). Su negativa a elevar la aportación de recursos a la filial informática en 2002 provocó la decisión de las rurales de expulsarla.

Enfrentamiento. El veredicto sobre la expulsión

En menos de un año las cajas rurales esperan que la Audiencia Provincial de Madrid dicte la sentencia sobre la expulsión de Cajamar del grupo Caja Rural que las entidades decidieron por mayoría en junio de 2002.Cajamar recurrió la decisión pero un juzgado de primera instancia de Madrid dictaminó que el acuerdo adoptado en la asamblea por las rurales era se había llevado a cabo por los trámites 'válidos'. La andaluza acudió entonces a la Audiencia Provincial, que deberá pronunciarse sobre si se hace efectiva la expulsión.Si Cajamar abandona la asociación de cajas rurales, éstas pierden al principal socio, con un 20% de peso en el negocio. Queda por dirimir el precio al que Cajamar vendería su participación en las filiales.

Expansión. Ritmo imparable en apertura de oficinas

La primera caja rural, a distancia del resto, ha logrado un puesto aventajado en cuota de mercado gracias a su fuerte expansión territorial. Todo el sector de cooperativas de crédito (que incluye también a Caja Laboral) tiene un 5% de cuota de mercado en créditos y depósitos.Las rurales, normalmente ancladas en el ámbito local, no han visto con buenos ojos este avance. Le acusan incluso de cierto intrusismo en el pacto tácito de no agresión territorial que mantienen.Desde el año 2000, tras la fusión, Cajamar busca ampliar presencia en Madrid, Barcelona, Levante y, por supuesto, Andalucía. Con ese objetivo compró el año pasado 17 oficinas a Citibank. Este año planea abrir entre 20 y 25 sucursales.

Respuesta. El difícil camino a la consolidación

En una amalgama tan heterogénea como es la de las cajas rurales, por su gran diferencia en tamaño e intereses, es difícil lograr una postura común de actuación. Es el diagnóstico cien veces repetido por los expertos que conocen el día a día de estas entidades.La idea de imitar a la CECA en su forma de funcionar para dar servicios comunes y dar más libertad de acción no es nueva.Pero tampoco bien acogida por la mayoría. La mayor parte es reacia a los cambios mientras la cuenta de resultados funcione, y lo suele hacer, porque su control de ámbitos locales da frutos y van ganando cuota.Si bien, fuentes del sector señalan que 'aún no estamos preparados, pero sí se tiende a una flexibilización del modelo que ya tenemos y que paso a paso se concretará'.

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