Dos moscateles para dejar un buen gusto
Si a pie de página hablamos de las torrijas como postre cuaresmal por excelencia, ahora vamos a ocuparnos del acompañamiento líquido perfecto. Se trata de dos excelentes vinos dulces, una maridaje perfecto. Son un moscatel joven y otro con dos años de crianza, ambos elaborados cien por cien con esa variedad mediterránea que ofrece aromas y sabores que conquistan el paladar.
El primero es el Moscatel de la Marina 2003, perteneciente a la DO Alicante y elaborado por las bodegas Enrique Mendoza, una de las más destacadas y modernas de la denominación, que ha alcanzado un notable éxito con sus vinos tintos de variedades foráneas. Han conseguido un dulce joven muy actual, muy perfumado (tonos florales, cítricos, pétalos de rosa, azahar), que en boca aparece equilibrado, con un dulzor elegante y suave, nada empalagoso. Su precio, 7,50 euros.
Con moscatel de Alejandría, la bodega López Hermanos, adscrita a la D.O. Málaga, elabora el Moscatel Reserva de Familia 2000. Los actuales bodegueros -el negocio familiar data de 1885- han sabido mantener el buen nombre de los vinos de esta tierra, sin dejar de abrir caminos con las viejas elaboraciones de moscatel y Pedro Ximénez, creando nuevos dulces con carácter y personalidad.
El Reserva de Familia mantiene el nivel: un vino envejecido durante 24 meses en barricas de roble francés, aromático y frutal, y en el que destacan las notas de crianza en madera. Potente y estructurado en boca, mantiene una agradable armonía entre dulzor y acidez y posee un largo final. Se comercializa a 8 euros.