Grafólogos en el Parlamento Europeo

Ya no sabe cómo defender la honorabilidad de sus miembros. El Parlamento Europeo ha llegado esta semana incluso a utilizar los servicios de un reputado grafólogo para verificar que las firmas de varios europarlamentarios (de países candidatos) no habían sido falsificadas para cobrar dietas por asistir a sesiones en Bruselas o Estrasburgo. El experto, señaló el presidente de la Cámara, Pat Cox, concluyó que 'las 27 firmas analizadas son auténticas'. Se trata de una peculiar respuesta a la última oleada de críticas al Parlamento. Los 626 parlamentarios sufren normalmente con estoicismo recurrentes sospechas de absentismo y hasta dudas sobre la utilidad de la única institución comunitaria elegida por sufragio universal. Pero los últimos ataques en la prensa alemana han colmado la paciencia de Cox, el liberal irlandés que preside la Eurocámara. Cox llegó a afirmar que 'de todos los medios de comunicación de Europa, los alemanes son los que más deberían saber de memoria que no se puede culpar colectivamente a ningún pueblo ni a ninguna Constitución'. El presidente está dispuesto a investigar, incluso con grafólogos, todos los presuntos fraudes. Pero siempre que las denuncias se basen en evidencias, no en prejuicios.