Homenaje a la reina del punk
A sus 63 años Vivienne Westwood sigue iluminando con su genio subversivo el mundo de la moda. Esta creadora, que inspiró en los setenta y ochenta la ropa de movimientos como el punk y los nuevos románticos, que se atrevió a mezclar el impecable corte del traje inglés con los tules y los corsés, además de recrear los exquisitos vestidos de la Francia del siglo XVIII, ha visto reconocida su obra por el prestigioso Victoria & Albert Museum.
El museo londinense abre hoy una retrospectiva con 150 diseños de Westwood en los que se refleja su trayectoria y evolución. La exposición arranca con los primeros diseños de la era punk con profusión de camisetas pintarrajeadas con lemas como No futur (No hay futuro) o Too fast to live to young to die (Demasiado rápido para vivir, demasiado joven para morir), que acabó dando nombre a la primera tienda que abrió con su entonces marido y productor de los Sex Pistols, Malcon McLaren.
Las prendas de aquella época son oscuras, llenas de cremalleras e imperdibles y mucho cuero, que hasta aquel momento se asociaba con la perversión sexual sadomasoquista. En la exposición no podía faltar el famoso reloj de 13 horas con agujas que viajan a gran velocidad en sentido contrario y un mensaje en el centro que dice: World ends (El mundo se acaba), que puede verse en la entrada de las dos tiendas de Westwood en Londres.
Pero la creatividad de esta diseñadora, hija de tejedora y zapatero, transcendió pronto esta era y supo crear tendencias que han marcado el diseño contemporáneo.
En opinión de Clare Wilcox, directora de la muestra, que estará hasta el 11 de julio, Westwood ha ido por delante de su tiempo y encarna una manera particular de ser británica, mezcla de tradición e irreverencia.
Sus colecciones tienen en ocasiones referencias literarias como Time Machine, basada en la novela de H. G. Wells, en la que se pueden ver chaquetas articulada inspiradas en las armaduras medievales. También hay guiños a la historia francesa. En la muestra hay un vestido inspirado en el que lucía Madame Pompadour, la amante de Luis XV, en un retrato de Francis Boucher.
Sus zapatos de plataforma hacen aparecer a las modelos como si estuvieran en pedestales de los que a veces alguna se cayó, como Naomi Campbell en 1993.