Sarkozy, nuevo ministro de Economía, hombre fuerte del Gobierno de Raffarin
Bajo un aluvión de críticas de la izquierda, el primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, seguía ayer tejiendo la composición del nuevo Gobierno. En un tenso clima, en el que el responsable de los verdes llegó a decir en referencia a Chirac que 'ya no conoce nada de los franceses', Raffarin siguió encajando piezas en el nuevo puzzle, en el que una de las de mayor fuerza será el hasta ayer ministro de Interior, Nicolas Sarkozy, al frente de Economía y Finanzas, en sustitución del antiguo presidente de Arcelor, Francis Mer. Dominique de Villepin, antes en Exterior, pasa a Interior.
El paso fue uno de los primeros encaminados a mantener los pesos pesados del antiguo Gobierno y privilegiar la entrada de 'verdaderos políticos' en las carteras más sensibles, todas relacionadas con las reformas sociales.
Con la elección de Sarkozy al frente de Economía, Raffarin juega una carta segura de popularidad para explicar los cambios difíciles, y de firmeza para llevarlos a cabo. Al frente de Interior desde mayo de 2002, este insaciable político ha sabido sobrevivir en una de las carteras más complicadas después del batacazo de la izquierda y el ascenso de la extrema derecha en las elecciones legislativas de 2002, que dejaron en manos del nuevo Gabinete la tarea de convencer a un electorado contaminado con la inseguridad ciudadana.
Este antiguo ministro de Presupuesto en el Gobierno de Edouard Balladur hereda una recuperación económica a medio gas, un elevado déficit y la tarea de una profunda reforma de las instituciones estatales, orientada a modernizar la función pública. Partidario de la defensa de los sectores industriales estratégicos, como el actual primer ministro, Sarkozy ya ha expresado la necesidad de caminar junto al resto de países de la Unión y la ' urgencia de dotar a Europa de un verdadero gobierno económico, antes incluso que de una Constitución '.