Disney se asegura todo el negocio del oso Winnie the Pooh
Un juez de California ha desestimado una demanda multimillonaria de la compañía propietaria de los derechos de imagen y franquicia del osito Winnie the Pooh contra Disney que pone fin a más de 13 años de litigio. El caso cuenta hasta con un investigador privado que robó documentos de la basura de Disney.
La familia Slesinger, titular de los derechos de uso de artículos relacionados con Pooh en Estados Unidos, llevó a los tribunales a Disney en 1991, alegando que había incumplido los términos de su acuerdo para la utilización del personaje infantil, muy popular en los países anglosajones.
Disney negó esta acusación y en una vista, el mes pasado, pidió al juez del Tribunal Superior de Los Ángeles (EE UU) Charles McCoy que desestimara el caso, que cuenta con todos los ingredientes de una opereta. El juez, finalmente, dio la razón a Disney, en un auto dictado el pasado lunes, y describe en los 28 folios que acompañan la decisión judicial los esfuerzos que, durante años, ha realizado la familia Slesinger para minar la reputación de Disney, así como los medios de los que se ha valido; abogados, investigadores y extraños testigos. La basura de Disney en el edificio Buena Vista Plaza, por ejemplo, había sido meticulosamente revisada por el detective privado Terry Sands, que llegó a convertirse en un personaje famoso entre los cronistas de tribunales. Según el texto judicial, la demanda 'presentada por Stephen Slesinger Inc. amenazó la integridad del proceso judicial' debido a que, según McCoy, la compañía obtuvo documentos que presentó como prueba de cargo en el litigio de manera ilegal.
Disney había comprado en 1961 los derechos de merchandising de Pooh, Tigger y el resto de los personajes de los cuentos a Shirley Slesinger Lasswell, mujer de Stephen Slesinger, un agente literario neoyorquino que había adquirido los derechos en los años treinta de su creador, el dibujante británico Alan Alexander Milne.
Los artículos de Pooh son de los más rentables que comercializa la factoría Disney y generan una cifra de negocio de 5.000 millones de dólares al año (4.200 millones de euros), de los que 1.000 millones de dólares (830 millones de euros) corresponden a ingresos directos para la compañía. Esta cifra hace a Pooh más rentable, incluso, que Mickey Mouse.
El punto de disputa durante años ha sido que la familia Slesinger no ha recibido los royalties por los vídeos, juegos y DVD asociados a la imagen del osito y sus amigos. Esa remuneración no estaba prevista en los contratos con Disney, pero los abogados de la familia consideraban que esos compromisos estaban asumidos por las partes, aunque no constaran por escrito.
Pati Slesinger, única hija de Stephen Slesinger, aseguró que está considerando iniciar otros pleitos ligados a pagos futuros, ya que cada liquidación de royalties (el año pasado la familia obtuvo 11 millones de dólares por este concepto) puede aportar nuevos argumentos para un litigio. 'Desde ahora y en el futuro, cada vez que hagan algo, nos tendrán con el aliento en la nuca. No irán lejos. Esto no resuelve su problema', afirmó.
Los Slesinger obtienen 11 millones de dólares al año en derechos y afirman que mantendrán vivo el pleito