La inercia televisiva

Las principales cadenas privadas de televisión de Europa vuelven a la carga, en su lucha por un mercado audiovisual digno, competitivo y equilibrado. Sus asociaciones denuncian las graves distorsiones de un mercado en el que los principales operadores son públicos. Los privados apoyan el modelo dual, de servicio público y sector privado. Pero advierten que la actual situación, con entes de radiodifusión chapoteando en subsidios y drenando la inversión publicitaria, puede hacer insostenible esta convivencia. Los casi 13.000 millones anuales en ayudas de Estado a las cadenas públicas no se traducen en programación de calidad alternativa o complementaria a la comercial. Al contrario: compiten agresivamente por todos los tramos y audiencias, en detrimento del servicio público. Y todo ello ante la pasividad, cuando no complicidad, de las autoridades, nacionales y comunitarias.