Chirac mantiene a Raffarin y sus reformas pese al fracaso electoral
La aplastante victoria de la izquierda en las elecciones regionales abre una brecha en el futuro del gobierno liberal de Jean-Pierre Raffarin. Pese a seguir firme con de reformas, el ejecutivo deberá convencer a un electorado que lo ha desterrado de 21 de 22 regiones metropolitanas. La crisis abierta deja en suspenso la continuidad del primer ministro al frente del gobierno.
El presidente, Jacques Chirac, se ha dado unos días para sopesar con calma los posibles cambios en el equipo del gobierno después del varapalo sufrido en las elecciones regionales, de las que el ejecutivo al completo dice haber entendido el mensaje del electorado. Tras los resultados, que han dado a la izquierda el control de 21 de 22 regiones metropolitanas, los comicios regionales parecen haber pasado a tener rango de elecciones legislativas, ya que la crisis de confianza de la opinión pública en el gobierno reelegido en 2002 con los votos de la izquierda 'es una derrota extremadamente grave del gobierno y de la mayoría', según el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, François Fillon.
El vuelco, que podría costarle el puesto al primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, pone en duda la avalancha de reformas sociales que el ejecutivo ha encadenado desde hace un año. En un contexto económico deprimido y con un déficit público que alcanza el 4,1% del PIB, el ejecutivo se lanzó primero en una profunda reforma del sistema de pensiones (aumento del periodo de cotización a 40 años y después a 42 años), que se topó con el frontal rechazo de los ciudadanos.
La canícula que asoló el país en verano dejando 15.000 muertos puso en entredicho la gestión de los hospitales públicos, que han advertido sin descanso la falta de medios. La reducción de coberuta social de 300 fármacos no hizo sino ampliar el descontento social. A ello siguió la suspensión de cientos de festivales culturales de verano, una importante fuente de ingresos para el turismo regional, en protesta por el abandono de los artistas intermitentes. En las últimas semanas, la falta de 'cohesión social', que critica la oposición, ha llevado a la dimisión a 2.000 científicos, que reclaman más medios para evitar la fuga de la investigación a Estados Unidos.
Si el gobierno y la mayoría sigue defendiendo pese a ello las reformas porque 'son necesarias para el empleo, la salvaguarda de la sanidad y el control del déficit público', el primer ministro reconoció tras conocer los resultados que 'se impone el cambio', que pasa por acciones 'más justas' que favorezcan la cohesión social de un modelo enfermo y la explicación de las reformas a los ciudadanos.