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IBEX-35

La Bolsa se instala en la volatilidad

La matanza en Madrid del pasado 11 de marzo, el resultado de las elecciones generales, opuesto al que avanzaban los sondeos de opinión, y el incremento de la tensión en Oriente Próximo, como consecuencia del asesinato del jeque Ahmed Yassin, han frenado la racha alcista que vivía la Bolsa de forma casi ininterrumpida desde marzo de 2003. Además, esta combinación de sucesos ha puesto nerviosos a los inversores como demuestra el incremento de las oscilaciones de carácter brusco en los mercados. Así, la volatilidad a 10 días de Ibex 35 -esta ratio mide el riesgo total de un activo, entendido como la desviación anualizada en porcentaje de cambio diario del precio de las acciones- ha llegado a superar el 30%, un nivel no visto desde la guerra de Irak.

Aparte de horquillas de precios más amplias entre los máximos y los mínimos intradía del índice, el incremento del riesgo se puede observar en la evolución de la Bolsa día a día. Los expertos consideran que una sesión deja de ser tranquila cuando el índice oscila más de un 1% respecto al cierre del día anterior, con independencia del signo. Hasta el 11-M, el selectivo tan sólo vivió ocho sesiones con variaciones superiores al 1%, mientras que desde esta fecha el número de días convulsos suma ya siete.

Además de las volatilidades reales, las observadas en el mercado, también ha habido un fuerte repunte de las volatilidades implícitas, las negociadas en el mercado de productos derivados. La volatilidad implícita de los warrants ha subido, por ejemplo, entorno a ocho puntos porcentuales desde los atentados, hasta situarse por encima del 26%.

Valores defensivos, como eléctricas y constructoras, han visto cómo repuntaba con fuerza su perfil de riesgo

'Siempre que se habla de volatilidad es para referirse a una fase del mercado marcada por la incertidumbre, por el miedo', señala Javier Molina, analista de Société Générale. En su opinión, el repunte actual de la volatilidad se debe al temor a nuevos atentados terroristas. 'Además, un mercado bajista siempre trae consigo mayores oscilaciones, ya que los movimientos son más bruscos que en los periodos alcistas', añade.

Víctor Peiró, responsable del departamento de análisis de Caja Madrid Bolsa, considera que la volatilidad continuará en las próximas sesiones. En su opinión, el mercado está en una fase dominada por el cortoplacismo. 'Aparte del incremento del riesgo terrorista, el cambio de regulador, que es al fin y al cabo lo que supone un cambio de Gobierno, provoca mayor precaución, sobre todo entre los inversores extranjeros. Esto se traduce en estrategias de inversión a corto plazo, aprovechando grandes caídas para comprar, y vendiendo inmediatamente después del rebote de ese valor', señala.

La volatilidad es una media de riesgo de un determinado activo. No obstante, hay una ratio que pone en relación la volatilidad de un valor con la del mercado, denominada beta. Este instrumento tiene sus defensores y sus detractores.

Felipe Mesía, analista de Self Trade, considera que la beta es un indicador de gran utilidad a la hora de establecer el nivel de riesgo que un inversor está dispuesto a asumir. 'Cuando la beta es igual a uno significa que por cada punto que suba o baje el mercado, se espera que ese valor lo haga en la misma proporción. Si, por el contrario, la beta es de medio punto, ese valor se moverá la mitad que el mercado, y si es de dos puntos su movimiento será el doble', explica Mesía.

Teniendo en cuenta que la beta del mercado es igual a uno, los valores con beta más alta se consideran agresivos, en el sentido de que muestran una sensibilidad fuerte a las fluctuaciones del mercado. Por el contrario, los valores con beta inferior a uno se describen como defensivos, al ser menos volátiles. Aunque no suele ser habitual, también existen acciones con betas negativas, es decir, que se mueven en sentido opuesto al mercado.

Otros analistas, sin embargo, se muestran críticos con la validez de esta ratio. 'La beta no nos dice mucho', según Víctor Peiró, 'por eso nosotros siempre la ajustamos en función de otras variables como el tamaño de la compañía, su deuda o su liquidez'. Peiró considera que la beta habla del comportamiento histórico de un valor pero no sirve para predecir el futuro. Este analista pone como ejemplo el comportamiento de valores tradicionalmente defensivos y de bajo riesgo como ACS, Endesa y Altadis, cuya volatilidad y su beta se ha disparado tras las elecciones generales.

'Se trata de compañías que pueden verse afectadas por determinadas decisiones del próximo Gobierno. Por lo tanto, la volatilidad de un valor es algo relativo y dependerá de lo que fije el mercado en cada momento', concluye Peiró.

'Warrants' y futuros, grandes beneficiados

Entre los grandes beneficiados por un mercado volátil se encuentran los operadores intradía y los que operan con productos derivados.'La volatilidad es uno de los mejores aliados a la hora de utilizar warrants y opciones porque lo que se busca es un mercado con una tendencia definida y con mucho movimiento', explica Javier Molina, analista de Société Générale.'Cuanto más oscilaciones tenga la cotización de un activo subyacente precio de la acción, más alta será la volatilidad y la prima o precio del warrant se incrementará, ya que implica que la probabilidad de que éste obtenga un resultado positivo es mayor', según explican desde la Bolsa de Madrid en una reciente guía sobre el funcionamiento de los warrants.Asimismo, cuando la cotización del activo subyacente se comporta de manera estable, su volatilidad será más baja y la prima del warrant será menor.

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