Las empresas perciben el valor del gobierno corporativo
Si ha habido un término que durante este año se haya pronunciado con más frecuencia por parte de las empresas españolas ha sido, sin duda, el del buen gobierno. Las sociedades, y en especial las cotizadas, han comenzado a darse cuenta de que la transparencia es un activo del que no pueden prescindir. Y no sólo porque la Ley de Transparencia, que entró en vigor el pasado mes de julio y se desarrolló mediante una orden ministerial a principios de este año, obligue al cumplimiento de determinadas exigencias. Además, dotarse de unos principios de buen gobierno, cumplirlos y explicarlos puede resultar una inversión rentable.
Así lo aseguran muchos estudiosos de la gobernanza empresarial, como el socio del bufete Uría & Menéndez, Cándido Paz-Ares, quien además formó parte de la ya célebre Comisión Aldama, que elaboró un informe que sirvió más tarde de base para la redacción de la Ley de Transparencia. Paz-Ares afirma que el gobierno corporativo es una estrategia para la creación de valor en las empresas: 'El creciente activismo de los inversores institucionales, la existencia de evidencia empírica cada vez más elocuente acerca de que el gobierno corporativo es, en verdad, una estrategia de creación de valor y el sufrimiento en la propia piel de pérdida de ventajas por parte de las empresas más renuentes a adecuarse a los nuevos estándares han determinado un cambio estratégico que ya se está advirtiendo en el horizonte de nuestro mercado'. Se impone el hecho de que las reglas de buen gobierno pueden convertirse en una pieza principal para incrementar el valor bursátil de la empresa, reducir sus costes de capital y ensanchar las bases del mercado de capitales.
Algunos estudios señalan que, como media, una buena gestión corporativa supone una prima en el precio de las acciones que puede alcanzar el 17%. Hace sólo unos días, el presidente de la CNMV, Blas Calzada aseguraba durante unas jornadas sobre Gobierno Corporativo en España y Marco Europeo, organizadas por PwC, Esade y el European Business Forum (EBF) que, en contra de lo que se cree, 'no se trata de que el buen gobierno evite los fraudes contables, sino que su principal objetivo es velar porque se produzca el crecimiento de los beneficios'.
La transparencia asegura la responsabilidad de consejeros y directivos, crea valor para la empresa y favorece las prácticas responsables de los negocios
Las reglas de buen gobierno pueden ser una pieza principal para incrementar el valor bursátil de las compañías
Sin embargo, una reciente encuesta elaborada por Pricewaterhousecoopers señalaba que el 70% de los entrevistados consideraba que medidas como introducir independientes en los consejos eran cosméticas y oportunistas. Otra encuesta, esta vez de The Economist, mostraba que la mayor parte de los entrevistados creía que una próxima subida bursátil haría olvidar la preocupación de las empresas por el buen gobierno.
A pesar de estas opiniones, la ocupación por el buen gobierno es patente. El socio del bufete Landwell, Miguel Trías, aseguraba durante las jornadas organizadas por PwC, Esade y EBF que hoy las empresas piensan en buen gobierno porque los analistas, los inversores institucionales y la sociedad lo piden.
Paz-Ares añade que 'los estudios econométricos disponibles en el momento actual confirman que las reglas o cláusulas de buen gobierno voluntariamente asumidas determinan un incremento del valor de la empresa -o lo que es lo mismo, del valor de la acción- y, por tanto, una reducción de su coste de capital. La conjetura de que el gobierno corporativo paga queda así corroborada'.
El director general del Instituto de Estudios Económicos, Juan Iranzo, quien también formó parte de la Comisión Aldama, asegura estar convencido de los beneficios económicos del buen gobierno. 'Las empresas cada vez están más concienciadas de su importancia y le dan cada vez más valor'. Iranzo considera que los analistas también tienen más en cuenta los criterios del gobierno corporativo. 'Estoy convencido de que el mercado valora como un dato más si se está haciendo bien o no la gestión del buen gobierno'.
Juan Álvarez-Vijande, director ejecutivo del Instituto de Consejeros-Administradores, cree que la aplicación del buen gobierno corporativo influye muy positivamente en la valoración de una empresa y por tanto en la cotización de sus acciones. 'Hoy en día, la mayoría de los inversores institucionales, además de analizar la información financiera, exigen conocer el grado de aplicación de los principios del buen gobierno para evaluar el interés de invertir o desinvertir en las sociedades cotizadas. Esta tendencia también llega a los pequeños inversores. De ahí que el buen gobierno y la transparencia añaden, sin duda, valor a la cotización de las acciones. El triángulo compuesto por información financiera veraz, organización corporativa y fomento de la participación de los accionistas conforman los elementos clave del buen gobierno y añaden valor a las empresas frente a la estricta valoración financiera'.
El valor de los intangibles
Un reciente estudio de Accenture también incide en la recompensa que las bolsas ofrecen a las empresas que invierten en este tipo de activos. Gil Gidrón, socio de estrategia de la consultora, cree que, mientras antes las empresas generaban su futuro crecimiento a través de activos tangibles, como edificios, fábricas y equipamientos, 'en la economía de hoy en día, basada en los servicios, cada vez más empresas generan valor a partir de activos intangibles, como la propiedad intelectual, la integridad empresarial, la reputación de la marca, la fidelidad de los clientes, el talento de su equipo profesional y las habilidades de liderazgo'
De acuerdo con los datos del informe de Accenture el 94% de los altos directivos de compañías de todo el mundo afirma que la gestión de activos intangibles y los relacionados con el capital intelectual es una cuestión muy importante. El 37% cree que es uno de los tres aspectos más importantes y otro 13% reconoce que es el aspecto primordial. Asimismo, el 49% considera que los activos intangibles son para el accionista la principal fuente de creación de valor a largo plazo. Y dentro de estos intangibles, la gestión del gobierno corporativo se reconoce cada vez más como una de las contribuciones más importantes para el funcionamiento de las empresas.
En este sentido, Cándido Paz-Ares insiste en los beneficios del buen gobierno. 'Los inversores más sofisticados han adquirido plena conciencia de su importancia fundamental y, efectivamente, parecen estar dispuestos a pagar una prima sustanciosa por los títulos de una compañía bien gobernada'. Y añade que la preocupación por el buen gobierno 'no es ya una excentricidad de Calpers y unos pocos más'.
El socio de Uría & Menéndez se refiere en un artículo publicado en la revista Indret al último informe de la consultora McKinsey, en el que ya se advierte de que tres cuartas partes de los inversores institucionales consideran que las variables relativas al buen gobierno son ya tan importantes como las relativas a aspectos financieros a la hora de evaluar una empresa para tomar decisiones de inversión. También Josep María Lozano, director del Instituto Persona, Empresa y Sociedad de Esade, opina que las empresas están cada vez más convencidas de que el buen gobierno tiene impacto en sus resultados. 'El problema está en cuantificarlo'. Lo que parece estar claro es que el buen gobierno asegura la responsabilidad de los directivos, la creación de valor y las prácticas de negocio responsables.
Nuevas herramientas de medida. Identificar la mejor gestión de empresa
¿Cómo se identifican las empresas con mejor gobierno corporativo? La respuesta no es fácil. Al menos no lo ha sido hasta ahora. Pero la dificultad para medir el buen gobierno de las empresas cotizadas puede acabar antes del verano. Es el momento en el que el proveedor de índices FTSE y la agencia de rating International Shareholder Services (ISS) prevén en lanzamiento de una nueva herramienta para medir la gestión del riesgo vinculada al gobierno corporativo.El índice, que se conocerá como FTSE/ISS Índice de Gobierno Corporativo acompañará al ya existente FTSE4Good, que incluye a compañías que tienen altos estándares de responsabilidad social.La decisión de lanzar el nuevo índice tiene mucho que ver con la demanda de los inversores. Cada vez hay más unanimidad a la hora de relacionar el gobierno corporativo con la buena marcha de la empresa.Los accionistas comienzan por tanto a tomar sus decisiones de inversión dependiendo de la buena gestión del gobierno corporativo y de la transparencia de las empresas. Así lo ha asegurado Peter de Graaf, director general para Europa de FTSE Group. 'El índice trata de reflejar cómo está gestionada una compañía y cómo protege el interés de sus inversores'. De Graaf asegura que han recibido mucha demanda, en especial tras los escándalos Enron, WorldCom, Ahold o Parmalat.Disponer de una herramienta de medida del buen gobierno es importante incluso para los más escépticos, porque aún en el caso de que un inversor destinara sus ahorros a una compañía bien gestionada que no tenga un incremento sensacional en Bolsa, al menos puede tener la confianza de que tampoco tendrá una caída espectacular.El índice analizará aspectos como la composición del consejo de administración, las prácticas de auditoría, las remuneraciones de consejeros y directivos, el funcionamiento de comisiones de auditoría y de retribuciones y nombramientos o la existencia de planes para la sucesión del primer ejecutivo. El nuevo índice nace tras el rodaje del FTSE4Good sobre responsabilidad corporativa. En estos momentos, siete compañías españolas, SCH, BBVA, Bankinter, Gas Natural, Inditex, Repsol YPF y Telefónica forman parte de este barómetro sobre el desempeño socialmente responsable de las empresas.
Inversores. Dispuestos a pagar un sobreprecio por la gestión
¦bull; Los accionistas empiezan a analizar tanto los resultados financieros de una compañía como la gestión de su gobierno corporativo a la hora de invertir. Así lo aseguran numerosos estudios, como el realizado por la consultora McKinsey.¦bull; Muchos de ellos están dispuestos a pagar hasta un 30% de sobreprecio por las acciones de compañías con altos estándares de cumplimiento del gobierno corporativo.