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CincoSentidos

Quiero ser piloto

La media de gasto en formación asciende a 60.000 euros, pero el desembolso no garantiza un empleo

Perfecto estado de salud, vocación, dominio absoluto del inglés, paciencia y, sobre todo, una abultada cuenta en el banco. Son requisitos imprescindibles para llegar a ser piloto, una de las profesiones en las que más largo, caro y tortuoso es el camino de la formación y más difícil lograr un empleo. Y es que la media de gasto de un aspirante a vivir volando oscila entre 48.000 y 72.000 euros, un desembolso que no garantiza, en ningún caso, un puesto de trabajo en una compañía aérea.

'Desgraciadamente estamos en un periodo en el que, salvo excepciones, un piloto recién salido de la escuela sin más que su título comercial y sus escasas 150-200 horas de vuelo realmente tiene pocas posibilidades de encontrar trabajo', señalan fuentes del Sepla, el sindicato de pilotos. Cada año salen de los más de 30 centros de formación existentes en torno a 600 pilotos, pero este año es previsible que sólo uno de cada dos se incorpore al mercado de trabajo. El índice de paro en la profesión ronda el 40% y la cifra de 4.000 pilotos desempleados habla por sí misma.

Pero para quien la vocación sea tan fuerte que esté dispuesto a superar cualquier obstáculo y a gastar y gastar dinero, lo primero que debería tener claro es que no puede plantearse su carrera como un sprint. Ser piloto es una carrera de fondo en la que los exámenes y pruebas no terminan jamás, ni siquiera cuando se logra ser contratado por una compañía.

Los pilotos se someten anualmente, o cada seis meses si tienen más de 40 años, a pruebas médicas y psíquicas, y pierden su licencia si no las superan, con lo que tienen que dejar de volar. Además, cada seis meses tienen que superar también una inspección sobre excelencia profesional, conocida entre los profesionales como 'cursos de refresco'.

Lo que está claro es que al margen de las debilidades de la formación, las compañías aéreas son el auténtico filtro de los profesionales. 'Si no vales no te dejan ni acercarte a un simulador', asegura Carlos Castro, 23 años y aspirante a piloto. El problema es que 'se sale de la escuela con 170 horas de vuelo y en las compañías te están pidiendo entre 500 y 1.000 horas', asegura.

Una de las razones de la caótica situación de la formación en España es que no existe un centro de formación de pilotos de carácter estatal y han proliferado los centros de enseñanza privados, máquinas de hacer dinero a costa de la ilusión y la economía de muchos incrédulos aspirantes, pero no siempre garantizan la calidad de la instrucción requerida.

El presidente del Sepla, Andoni Nieto, asegura que 'la reducción de requisitos legales para ejercer de piloto y el alto precio de los cursos está ocasionando un elevado número de pilotos noveles en paro, al tiempo que las compañías se quejan de no disponer de pilotos cualificados para volar los grandes aviones de pasajeros. A diferencia de otras profesiones, no disponemos en España de un título universitario homologado que se imparta en las universidades públicas', se queja.

Como ninguna compañía quiere un piloto recién salido de la escuela y con poca experiencia, estas escuelas han encontrado un filón en el calvario que vive el aspirante a piloto para acumular horas de vuelo y mantener, así, su licencia en vigor.

De hecho, al margen del título, hay otros cursos, como el MCC-CRM (Multi Crew Course-Crew Resource Management), en el cual el alumno se familiariza con la operación normal de un avión de línea, así como en la forma de trabajar conjuntamente con un segundo y un comandante. Este tipo de curso supone un desembolso económico considerable, y ya casi se puede considerar como un 'requisito imprescindible' para el acceso a las pruebas de selección de las principales compañías.

En todo caso, 'la sensación de volar, de controlar una máquina tan grande, de ser el dueño de una cabina llena de mandos y botones', compensa el esfuerzo, según comenta Carlos Castro, que no piensa cejar en el empeño.

Los pasos previos

Prueba médicaHay que reservar fecha en el CIMA, con una carta de presentación de la escuela en la que el aspirante se haya matriculado.LicenciaSe obtiene en un centro de formación registrado. Aunque hay muchas escuelas privadas, la titulación la da Aviación Civil, no las escuelas. Además de Senasa, hay escuelas homologadas por Aviación Civil y filiales de escuelas americanas.

Un poco de historia

Hasta el año 1977 el Ejército español formaba a la inmensa mayoría de los pilotos. Los profesionales salían de la Academia General del Aire, tras años de estudio y vuelo, capacitados para incorporarse a las compañías aéreas comerciales. En los años setenta crece la demanda de pilotos para líneas comerciales y surge la ENA de Salamanca, de carácter estatal y garante de la calidad de la enseñanza.Pero llega la recesión entre 1981 y 1986 y el Estado corta el grifo de la financiación de la escuela oficial. La ENA se convierte en Senasa, pero es el alumno y no el Estado el que costea la formación de los pilotos. Surge así el boom de los centros privados, sólo para unos cuantos bolsillos.

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