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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Un cambio sin sobresaltos

Nada más confirmarse el imprevisto triunfo del PSOE, los responsables del equipo socialista se apresuraron a lanzar mensajes de calma a los mercados. Continuismo en las grandes líneas de actuación económica (sobre todo en materia de estabilidad presupuestaria) y vocación no intervencionista en el terreno empresarial. Un discurso que, aparentemente, ha calado. Las primeras valoraciones de analistas e inversores indican que nadie espera grandes sobresaltos como consecuencia del cambio de Gobierno. Sin embargo, resulta inevitable que el relevo político termine teniendo efectos en el mundo de la empresa y la inversión.

Las compañías que vigilan el panorama político con más inquietud son las eléctricas. Los interrogantes abiertos en este sector van desde la aplicación del polémico Protocolo de Kioto (que ha abierto un frente entre las empresas aparentemente insalvable) hasta el anuncio hecho por Miguel Sebastián, artífice del programa económico del PSOE, de que el nuevo Ejecutivo no impondrá vetos políticos a posibles fusiones en la industria (¿permitiría, pues, una nueva oferta de Gas Natural sobre Iberdrola?). La apuesta del PSOE por las energías renovables parece favorecer, a priori, a compañías como Gamesa y la propia Iberdrola. Y su defensa de Kioto parece perjudicar especialmente a Endesa, que ha caído más de un 8% en Bolsa esta semana.

Existe inquietud, además, en las empresas cuya facturación depende de decisiones políticas y del gasto público. Un bloque en el que se engloban las constructoras pendientes de inversiones en infraestructuras como el disputado Plan Hidrológico Nacional (aunque algunas han sido beneficiadas por licitaciones apresuradas en plena campaña electoral) y las inmobiliarias, que pueden verse afectadas a medio plazo por la política de vivienda del nuevo Ejecutivo.

Cambios inevitables pero que, en opinión de los analistas, no serán radicales. De ahí que la Bolsa haya sorteado esta semana con un declive de apenas el 2%, a pesar del 11-M y del vuelco en el mapa político.

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