La historia de los bomberos
El fuego, ese viejo compañero del hombre, es todavía un gran desconocido en España. Para paliarlo, el Ayuntamiento de Zaragoza ha decidido organizar el primer museo de España dedicado a los avatares de la lucha contra los incendios.
Augusto García Hegardt, ex jefe del Cuerpo de Bomberos de la ciudad y el alma de esta iniciativa, lleva más de 20 años recopilando los más de 2.000 objetos que constituirán los fondos del Museo del Fuego y los Bomberos.
El complejo, que se ubicará en el antiguo Convento de Mínimos de la Victoria, en el centro de la capital, cuenta con un presupuesto de seis millones de euros financiados por el ayuntamiento y Fomento.
Augusto García, ahora asesor del museo, anda muy ocupado en revisar la restauración de antiguos vehículos y artilugios diseñados para combatir el fuego a lo largo de la historia. Las últimas reparaciones han sido un autotanque Ebro, de Jaca (Huesca), y la autoescalera Magirus, de Bilbao, dos vehículos de principios del siglo XX, que han sido sufragadas por la papelera Saica y la Caja de Ahorros de La Inmaculada (CAI), respectivamente.
'El fuego forma parte de nuestras vidas, contribuyendo a nuestro bienestar o amenazando nuestros bienes y hasta la propia vida. El hombre ha estado siempre fascinado por este elemento, que ha sido su compañero en el progreso y su enemigo en la destrucción. Por eso ha tratado de dominarlo, integrándolo en la civilización, y de armarse para protegerse de sus efectos devastadores', indica García Hegardt.
Así lo entendieron los romanos, que combatieron el fuego con legiones especializadas, como si se tratara de un enemigo en formación. 'Hoy la situación ha cambiado mucho, el ciudadano medio está bastante concienciado y más protegido por los materiales utilizados en la construcción de su casa. Aunque la mayoría de los incendios se sigue debiendo a imprudencias cometidas', señala.
Por eso, el museo tendrá un carácter eminente didáctico. Además, aprovechará las nuevas tecnologías para que sus fondos puedan ser visitados virtualmente desde todo el mundo. 'Queremos que sea un centro difusor de la prevención de incendios, llegando a las escuelas. Habrá actividades, charlas divulgativas y foros de discusión, abiertos a toda España. En la práctica, actuará como verdadera escuela de prevención y autoprotección'.
Después de una dilatada trayectoria profesional (los últimos 25 años como jefe del Cuerpo de Bomberos de Zaragoza), Augusto García está particularmente satisfecho 'por haber reunido datos y objetos de todo el mundo y consolidar el alcance nacional del museo con la participación de los bomberos de toda España'. Además, se congratula de haber logrado la colaboración de empresas en las tareas de restauración, que pueden 'constituir el embrión de un Centro de Recuperación de Vehículos Históricos, que generaría puestos de trabajos para jóvenes especialistas'.
Los propios restauradores están tan entusiasmados con esta idea que han decidido cargar por su cuenta con la rehabilitación del primer coche de mando de la dotación del Cuerpo de Bomberos de Zaragoza, un Citroën 2CV, auténtica pieza de museo. Junto a ella acaba de iniciarse otra reparación emblemática, la de la autoescalera Magirus E-1, que cubría los incendios y desalojos de Zaragoza en 1939.
Recuerdo del Corona de Aragón
De este desgraciado accidente arrancan las ordenanzas que situaron la prevención en primer término. Y es que, sin la concienciación del ciudadano, la lucha contra el fuego resulta extraordinariamente difícil.