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Vuelco electoral

Las eléctricas reciben con tranquilidad el cambio pese al castigo bursátil

Las eléctricas han recibido con tranquilidad el resultado electoral, a pesar del castigo que recibieron en Bolsa. El futuro Gobierno del PSOE deberá elaborar el Plan Nacional de Asignación al que obliga la directiva sobre Kioto y que el PP no ha cerrado. Otras cuestiones, como un posible cambio del sistema de tarifas, son una incógnita.

La incertidumbre derivada del resultado electoral del domingo golpeó a las empresas del sector energético, especialmente a Endesa, que cayó un 6,8%, y a Unión Fenosa, que sufrió un descenso del 5,20%. No han escaseado las explicaciones sobre la promesa del PSOE de cumplir estrictamente el Protocolo de Kioto, sobre las críticas que los socialistas hicieron en su día por el cobro de los CTC o el temor a una modificación del sistema tarifario. Y, como aseguran fuentes del sector, tras un cambio de Gobierno, 'la incertidumbre siempre se ceba sobre las empresas privatizadas y reguladas'.

Sin embargo, las empresas mantienen la calma y no comparten la alarma de los mercados. En Iberdrola aseguran no tener ningún temor: 'somos una empresa privada que no ha sido privatizada'. Y en cuestiones que pudieran afectarle más, como la promesa socialista de desmantelar las centrales nucleares, un portavoz de la eléctrica, recuerda que 'el PSOE ha dicho que se irían cerrando a medida que se acabe su vida útil, en 20 años. Por tanto no es un tema para mañana'.

Por otro lado, a la vista de la lectura de la más urgente de las cuestiones, el protocolo de Kioto, no se perciben posiciones políticas dispares. Tal como aseguran en Iberdrola, 'los programas del PSOE y del PP son parecidos: ambos apuestan por Kioto y por las energías renovables y los dos piden que el que contamine pague'.

Posición sobre Kioto

Por su parte, Arantza Mendizábal, responsable de Industria y Energía del PSOE, recuerda que los planteamientos de su partido han sido siempre tranquilizadores: 'Nosotros respetamos y queremos cumplir Kioto, pero hay que aplicarlo de una forma consensuada y controlada para que las empresas no pierdan competitividad'. Mendizábal se remite, en este sentido, a la propuesta que hizo su partido para la elaboración de un libro blanco sobre emisiones contaminantes y su efecto sobre las empresas, que no recibió el visto bueno del PP'.

Otras fuentes del partido recuerdan 'que el Gobierno no puede incumplir una directiva europea'. El PSOE parece más cercano a la búsqueda de un Pacto de Estado, tal como han solicitado Endesa, Fenosa, Cantábrico y Viesgo, que a intentar soluciones individualizadas.

Por el momento, todos consideran inevitable que Bruselas otorgue una prórroga a España para la presentación del Plan Nacional de Asignación (PNE) de emisiones contaminantes, cuya fecha está fijada para el 31 de marzo.

Sin embargo, fuentes comunitarias consideran recomendable que España se atenga al plazo porque, 'si cada vez que hay elecciones en algún país de la UE se interrumpieran los procesos, nunca se conseguiría hacer nada', aseguran las mismas fuentes. æpermil;stas aseguran que no han recibido petición de ningún Gobierno para aplazar la presentación del PNE, aunque fuentes extraoficiales reconocen que la CE será flexible, informa Bernardo De Miguel.

En general, las empresas del sector energético no transmitían ayer preocupación por el cambio de color del Gobierno, tan sólo, puntualmente, por la reacción de la Bolsa.

En algún caso, vienen a reconocer, incluso, que las relaciones con el Gobierno del Partido Popular 'han sido pésimas', entre otras razones, 'por el desconocimiento de los problemas del sector y por la falta de interlocutor'. En este sentido, no olvidan las críticas que el Partido Socialista hizo en su día por 'la frivolidad' con la que hicieron desaparecer el Ministerio de Industria y Energía.

En otras cuestiones, como la tentación que pueda tener el nuevo Gobierno de cambiar el sistema de tarifas, fuentes socialistas recuerdan que 'hay un plan de tarifas hasta 2010', aunque se inclina por remunerar mejor a algunas energías renovables, como biomasa o purines.

Reforzar el órgano regulador

El Partido Socialista, que en su día impulsó la creación de la Comisión Nacional de la Energía (CNE), ha mostrado en más de una ocasión su disposición de reforzar este órgano regulador, que preside en la actualidad Pedro Meroño.No obstante, el diseño futuro de la CNE estará en función de las directivas que regulan los órganos reguladores del gas y la electricidad en Europa. Estas directivas no precisan quién puede ser el órgano regulador, si el Gobierno o una comisión similar a la CNE.Por el momento, el PSOE ha optado por contar con un órgano regulador al margen del Ejecutivo, si bien, cuando éste y la comisión mantengan discrepancias sobre la fijación de las tarifas, el Gobierno estará obligado a justificarlas. El mandato del presidente de la CNE tiene una duración de seis años, el mismo tiempo que el de los consejeros. Sin embargo, en estos momentos no coinciden en el tiempo. En el caso de Pedro Meroño, el mandato termina el próximo año, y todo indica que será relevado en el cargo.La CNE, definida como ente regulador de los sistemas energéticos, fue creada por la Ley del Sector de Hidrocarburos en octubre de 1998. Su objetivo es velar por la competencia y la transparencia de los sistemas energéticos.

Las caídas

Endesa sufrió ayer en Bolsa el mayor revés del sector energético, con una caída del 6,84%. No tuvieron mejor suerte Unión Fenosa, que descendió el 5,2%, e Iberdrola, que lo hizo un 3,5%. Por su parte, la petrolera Repsol vio cómo sus títulos caían un 2% y en menor medida lo hicieron los de Gas Natural, que cerró con un descenso del 1,93%.

El futuro de las empresas privatizadas

Algunos analistas apuntaban ayer a la vulnerabilidad de las empresas privatizadas ante el cambio de Gobierno. Tras los descensos generalizados del sector energético en Bolsa no faltaron interpretaciones políticas, como el futuro incierto de las dos grandes compañías energéticas en las que el Estado perdió el control durante la égida del Partido Popular, Endesa y Repsol. En ambas compañías reiteran que son empresas privadas.Un portavoz de Repsol considera que 'el nuevo Gobierno tendrá que hacer cosas más urgentes, que las de carácter meramente políticas'. Las mismas fuentes recuerdan que el sector del petróleo y el del gas están plenamente desregulados e incluso, en el caso de España, 'vamos por delante de las directivas europeas'.De si se producen cambios en la presidencia de Repsol, se derivará el futuro de Gas Natural, que controlan la petrolera y La Caixa y que, el año pasado, intentó hacerse con el control de Iberdrola a través de una opa fallida, en la que se dejó ver la mano del Ejecutivo.En Endesa, la líder del sector eléctrico, aseguran que se respira con toda tranquilidad, aunque reconocen que el hecho de haber sido una empresa pública la hace más sensible ante un cambio de signo del Gobierno.Entre las pocas compañías en las que el Estado mantiene una participación se encuentra Red Eléctrica. La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, propietaria de un 28,5% del gestor de la red de transporte de electricidad, prometió recientemente que colocaría en la segunda mitad de este año este paquete accionarial, dando por concluida la privatización de la empresa.

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