_
_
_
_
CincoSentidos

El ejercicio tonifica la memoria

Decía don Santiago Ramón y Cajal que la memoria 'es el don más preciado de la vida, pues sólo ella hace posible la noción de la personalidad'. El sabio, que conocía y mucho los vericuetos del cerebro, se quejaba, sin embargo, de que la memoria 'flaquea inevitablemente con la edad'.

Hoy se sabe que la inteligencia funcional empieza a decaer a partir de los 25 años, pero también que el cerebro no pierde necesariamente células al envejecer. 'Un cerebro viejo tiene una increíble capacidad de rejuvenecimiento y de desarrollar nuevas conexiones entre las células cerebrales si es estimulado adecuadamente', señala Lluis Tárraga, psicólogo clínico y director de la Fundación ACE, centro catalán pionero en la rehabilitación de enfermos con deterioro cognitivo. Cuanto más se utiliza el cerebro más se estimula la formación de nuevas conexiones. 'Las personas que tienen una larga formación académica tienen más neuronas. Además, con la cultura ganamos capacidad de relación', insiste.

El funcionamiento del cerebro es todavía un enigma, pero hay una cosa que parece clara: para desarrollar su potencial hay que ejercitarlo cada día, como hacemos con los músculos. Es la mejor manera de prevenir el deterioro mental. Nacemos con cien mil millones de células cerebrales o neuronas, pero esta cifra no es lo que hace del cerebro el más potente de los ordenadores, sino la cantidad de conexiones que existen entre todas estas células. Cada neurona puede desarrollar unas 18.000 ramificaciones y éstas se desarrollan gracias a los estímulos.

El estrés favorece la desmemoria, pero no conlleva deterioro del sistema cognitivo

Los mordientes de la memoria son tres: el interés, la emoción y la atención obstinada. Las circunstancias que rodean al momento de la grabación son fundamentales para el éxito o el fracaso de la evocación, del recuerdo. 'Si la persona está viviendo situaciones emocionales difíciles no podrá registrar correctamente ninguna información.

Por eso hay que asegurarse que la entrada de los datos sea mediante el mayor número de canales: vista y oído principalmente', explica el doctor Antonio García Trujillo, director del Centro de Rehabilitación de la memoria de Palma de Mallorca. La angustia, el estrés, la falta de confianza en si mismo y la negatividad favorecen la falta de memoria. Pero esto no significa que exista un deterioro orgánico y cognitivo. El estrés o la depresión lo que hace es provocar el ensimismamiento o lo que se conoce como atención dividida, explica la neuropsicóloga Teresa Roig, coordinadora de la Fundación Guttmann, dedicada a tratar los traumatismos craneoencefálicos. 'Lo que nos ocurre es que cuando queremos recuperar la información no está, pero no porque la hayamos olvidado, sino porque no la hemos grabado', señala la psicóloga Araceli Mañueco, del Centro de Rehabilitación de la Memoria de Palma de Mallorca.

Varios centros en Madrid, Barcelona, Mallorca y Bilbao imparten cursos para personas con estrés, ansiedad y pérdidas puntuales del recuerdo.

Los olvidos pueden sobrevenir por interferencias, al haber mezclado los datos en la fase de registro; por déficit de atención en esa misma etapa, por desuso, por desmotivación y por el paso de los años. Hay que buscar estrategias intelectuales para clasificar los datos. Las conocidas reglas mnemotécnicas de asociación, 'que cada individuo debe fabricarse', explica Teresa Roig. 'La evocación no es más que buscar ropa en el trastero, y a veces nos resulta imposible encontrar algo entre tanta caja', explica gráficamente el doctor Tárraga.

Las enfermedades del recuerdo

Demencia, envejecimiento cerebral, depresión. Tres palabras que llevan asociadas la pérdida inevitable de memoria, pero que no son, ni mucho menos, la misma patología. Como señala el psiquiatra Jesús de la Gándara, en el caso de la demencia 'se producen también cambios en el comportamiento, y en la depresión las lagunas están relacionadas con el ensimismamiento'.Los trastornos cognitivos ligados a las demencias son la falta de atención, de memoria, de lenguaje y alteraciones en la conducta y las emociones. Estos mismos trastornos pueden estar provocados por un traumatismo craneoencefálico, como explica la neuropsicóloga María Teresa Roig, de la Fundación Guttmann. La doctora Roig reconoce que después de padecer uno de estos traumatismos las funciones intelectuales no suelen recuperarse al cien por cien y lo que se intenta es que los enfermos lleven a cabo una vida lo más autónoma posible. 'Lo más importante es que tomen conciencia del problema que tienen y no duden recurrir a las prótesis mnésicas', asegura. En el caso de las demencias, donde lo que está más afectada es la memoria a corto plazo, pero no la evocación y el recuerdo, las terapias de rehabilitación tienen por objeto 'lograr que el deterioro cognitivo sólo se de en fase aguda, durante los últimos años de vida del paciente. Y eso sólo se consigue con diagnósticos tempranos', señala el doctor Tárraga.

Para no olvidar lo aprendido

Procure que en el momento de introducir los datos intervengan todos los sentidos posibles.Evite los estímulos externos cuando grabe la información.Juegue. Haga a menudo juegos visuales o ejercicios de percepción para mejorar la capacidad de atención y concentración.Relacione los conocimientos. Utilice las imágenes para aprender. No sólo imágenes lógicas, también auténticos disparates, que por el contraste pueden grabarse mejor.Repita y utilice reglas mnemotécnicas. Recuerde con refuerzos, relacionando lo aprendido con palabras o imágenes. Utilice prótesis de memoria, como agendas.Ejercite la memoria reciente. Haga resúmenes orales o escritos de lo que lee o escucha, mire con frecuencia el calendario para mantener viva la orientación temporal, aprenda de memoria letras de canciones y versos y coleccione objetos.No fume, coma saludablemente y duerma más de ocho horas. Un cuerpo oxigenado es una memoria sana.

Archivado En

_
_