Alstom revisará su plan de rescate tras cerrar un ejercicio peor de lo esperado
Alstom anunció ayer la revisión a la baja de sus previsiones económicas para el ejercicio que cierra el próximo 31 de marzo. El grupo advirtió además que 'si estas previsiones se confirmaran', tendría que proceder, de acuerdo con los bancos, a una modificación de su plan para atender el servicios de la deuda. Tras el anuncio, la acción se desplomó y cerró con una caída en bolsa el 12%.
La multinacional estima ahora que su margen operativo estará 'ligeramente por debajo' de la horquilla 2-2,5% anunciada en noviembre a causa 'sobre todo de los sobrecostos constatados en la construcción de una central de carbón en Estados Unidos.
En un comunicado, el grupo industrial francés reconoció que el flujo de caja operativo (cash flow) será igualmente 'ligeramente inferior' al esperado anteriormente y debería situarse en una horquilla de 1.000-1.200 millones de euros negativos, de los que 800 millones corresponden a los contratos de turbinas del tipo GT24 y GT26.
'El nivel esperado del margen operativo y el de los gastos de reestructuración en el ejercicio explican en lo esencial esta previsión de flujo de caja operativo ligeramente inferior al precedente', explicó. Frente a eso, la compañía manifestó su 'satisfacción' porque los encargos registrados en el ejercicio contable del 1 de abril de 2003 al próximo 31 de marzo 'podrían superar' los 15.000 millones de euros contemplados, 'con un nivel de previsión de márgenes en línea con los objetivos de rentabilidad'.
También se felicitó porque 'el buen desarrollo de los programas de reestructuración debería conducir a registrar los costes correspondientes en las cuentas más rápidamente que lo anticipado'. En concreto, los cifró en unos 650 millones de euros para el ejercicio 2003-2004, frente a los 450-500 millones inicialmente previstos, y unos 300 millones en el ejercicio 2004-2005. Por otro lado, la compañía francesa anunció que ha conseguido dos contratos, uno de unos 675 millones de euros para la construcción de una central de vapor en Arabia Saudí y otro de 330 millones de euros por el mantenimiento de las infraestructuras ferroviarias y de los trenes de la ciudad australiana de Melbourne.