¢A CiU no le interesa ningún ministerio¢
El cabeza de lista de CiU considera que los dos puntos claves para mejorar el nivel de autogobierno en Cataluña son la elaboración de un nuevo Estatuto y una agencia tributaria propia que gestione los impuestos que se recaudan.
Josep Antoni Duran Lleida (Alcampell, Huesca, 1952) es el candidato de CiU al Congreso en uno de los comicios más extraños y difíciles para la federación nacionalista. Por primera vez, CiU afronta unas elecciones sin estar al mando del Gobierno autonómico. Militante de Unió Democrática de Cataluña (UDC) desde 1974, Duran Lleida es consciente de que debe marcar distancias frente a ERC, pero también respecto al PP, los dos extremos que tiran de la misma cuerda que representa a sus votantes tradicionales. Sin embargo, CiU sigue con sus bases programáticas, reclamando una inversión mínima del Estado del 20% en Cataluña para reducir el déficit de infraestructuras. Paralelamente, Duran Lleida apuesta por una reducción selectiva de la presión fiscal, que beneficie especialmente a las pymes y los autónomos.
Pregunta. El programa económico de CiU para la próxima legislatura gira sobre la elaboración de un nuevo Estatuto de Autonomía ¿Cuáles son los otros puntales de su plan de gobierno?
'Conviene que las instituciones establezcan convenios con las empresas que eviten deslocalizaciones y garanticen un mínimo temporal de presencia en caso de recibir ayudas públicas'
Respuesta. Nuestras propuestas electorales se articulan en varios ejes. Consideramos prioritario el aumento de nuestro autogobierno y la mejora de su financiación, lo que se concreta en un nuevo Estatuto de Autonomía, una adecuada financiación para las competencias que ejercemos, la reducción del déficit fiscal y una inversión por parte del Estado en Cataluña que se sitúe como mínimo en el 20% y que mitigue el déficit de infraestructuras existente.
P. Ustedes han insistido desde hace tiempo en la necesidad de reforzar la economía productiva. ¿Cuáles son sus preferencias?
R. Otras bases de la campaña son nuestra firme apuesta por el bienestar de las personas y la protección a las familias, el desarrollo de la economía productiva, con una especial atención a las pymes y a los autónomos, y una mayor participación de las comunidades en el nuevo escenario de la UE, o también el aumento de la seguridad de los ciudadanos, tanto en materia de orden público, como en seguridad viaria o laboral. Entendemos, en definitiva, que el Estado debe asumir su plurinacionalidad y aprovechar la capacidad de crecimiento que se derivaría de una estructura más conforme a su naturaleza plural.
P. Ustedes coinciden con el PP en la voluntad de rebajar el impuesto de sociedades para las pymes. Entonces, aún existe margen para una reducción de la fiscalidad...
R. Entendemos también que la fiscalidad debe reducirse, tanto en lo que atañe a las personas físicas, mediante una reducción de los tipos del IRPF, y también en cuanto a sociedades. Proponemos, por ejemplo, una rebaja en los tipos de IRPF de un 3% lineal, que tendría un efecto notablemente multiplicador en las rentas más bajas.
P. Y, entonces, para las pymes...
R. En materia de sociedades proponemos que las pymes con cinco trabajadores o menos tributen al tipo del 20% en lugar del 30%, y que el tipo del 30% se extienda a todas aquellas empresas que facturen hasta 10 millones de euros. Por tanto, nuestro objetivo es reducir la presión fiscal pero de una manera selectiva, de modo que incida directamente en las rentas más bajas y, a su vez, fomente la creación de empresa y de empleo. En este aspecto, proponemos una deducción fiscal del 6.000 euros por cada puesto de trabajo estable de nueva creación por parte de una pyme, así como el establecimiento de deducciones especiales para aquellas inversiones destinadas a reducir los riesgos laborales, a conciliar la vida laboral y familiar o a proteger el medio ambiente. Entendemos asimismo que el Estado debe destinar el 1% de sus inversiones a la investigación e innovación tecnológica para las pymes.
P. Cataluña ha sufrido últimamente la huida de varias multinacionales. ¿Cómo se debe combatir la deslocalización de empresas?
R. No es una cuestión que afecte sólo a Cataluña, aunque es obvio que este proceso resultará más grave si las empresas existentes perciben un clima de incertidumbre e inestabilidad política. Durante años hemos trabajado duramente para convertir Cataluña en un referente de progreso y competitividad. En cualquier caso, nuestra única oportunidad para mantener empresas y atraer nuevas inversiones nos obliga a ofrecer un buen entorno. No podemos competir en salarios con las economías del Tercer Mundo, pero hoy en día los salarios ya no resultan determinantes en el coste de los productos con mayor valor añadido. Conviene que las instituciones establezcan convenios con las empresas que eviten deslocalizaciones y garanticen un mínimo temporal de presencia en caso de recibir ayudas públicas, y sería también interesante que las hipotéticas plusvalías urbanísticas no resultasen un acicate para abandonar la actual ubicación de las empresas y trasladarse a otros países.
P. Muchos empresarios se quejan del encarecimiento del suelo industrial en las comarcas más cercanas a Barcelona como una de las razones que fomentan la deslocalización...
R. Cualquier medida que se aplique pasa por aplicar el sentido común en planificación urbanística. Resulta innegable que el coste del suelo industrial obstaculiza la creación de nuevas empresas, y por ello, entendemos que ayuntamientos y Generalitat deben impulsar la creación de nuevos polígonos. Sólo con una mayor oferta de suelo podremos reducir su precio. No se trata de ir modificando a menudo la normativa básica urbanística, sino de proporcionar suelo suficiente. Claro está que debemos evitar el agotamiento del suelo disponible y preservar el medio ambiente. Se trata de encontrar un equilibrio. El encarecimiento actual no sólo limita la posibilidad de crecimiento, sino que ahuyenta inversiones y contribuye a que las plusvalías que pueden generarse induzcan al cierre de empresas rentables.
'No nos interesa ningún ministerio del PP ni del PSOE'
Habrá que negociar cada día. Este es el argumento que se ha fraguado en la coalición catalanista en los últimos meses en el caso de un hipotético apoyo al PP o al PSOE, y que han repetido durante toda la campaña los candidatos de CiU. No existirá pacto de legislatura. Incluso el ex presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, ha abonado esta teoría.En este sentido, Josep Antoni Duran Lleida se muestra categórico: 'A diferencia de las últimas legislaturas, en ésta y por primera vez acudimos a unas elecciones con las manos libres y, como siempre, sin ningún tipo de compromiso previo a favor de nadie. Reitero una vez más que rehusamos un acuerdo estable y que decidiremos nuestro voto en cada cuestión y cuando sea el momento'. Esta postura implica una consecuencia lógica con la que se había especulado. A Duran Lleida tampoco le interesa ser ministro. 'No pretendemos en absoluto entrar en ningún gobierno ni del PP ni del PSOE. No es nuestro objetivo ni nos interesa', señala.'Rajoy, por ejemplo, se equivoca por completo al decir que quiere pactar el modelo de Estado con el PSOE y ofrecer ministerios a CiU, porque no tiene ningún sentido ser ministro para aplicar el proyecto del PP o del PSOE. Nosotros preferimos negociar el modelo de Estado y que los ministerios los ofrezca al PSOE', añade.La entrevista del líder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, con miembros de ETA también se ha convertido en una referencia de la campaña. 'La entrevista fue un error, y así lo hemos dicho. Pero una vez asumido, la sociedad catalana y española no puede permitirse otro error adicional consistente en seguir siempre con el mismo tema y evitar el debate electoral'.