Informes patrocinados
La iniciativa de crear un instituto de estudios económicos en la UE ampliada parece encomiable. Lo es si intenta responder a lo que se siente como una carencia de pensamiento con perspectiva europea en el terreno económico, pero también político y geoestratégico. El riesgo es que la idea parte de Alemania y Francia, en un momento en que las tesis de sus Gobiernos tienen pocos adeptos en el mundo comunitario. El Centro Europeo de Economía Internacional -desafortunado nombre provisional del nuevo think tank- será inútil si es una mera correa de transmisión de Berlín y París, enfrentados a la estabilidad fiscal y a las reformas estructurales que la Comisión y el BCE predican. Alemania y Francia pueden caer en la tentación de minar los argumentos de las instituciones comunitarias con estudios independientes. Europa necesita prestigiosos centros de investigación económica que tomen el testigo de lo que son a nivel nacional el IFO alemán o el Instituto de Coyunturas Económicas francés. Pero sobran análisis con las conclusiones dictadas por el patrocinador. Si así fuera, la UE puede ahorrarse el millón de euros al año previsto para el proyecto.