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Comentario

Economía y Bolsas

Juan Ignacio Crespo

La recuperación en Bolsa de los valores de pequeña capitalización se suele interpretar como el primer síntoma del final de los procesos recesivos y/o del cambio de ciclo bursátil.

Sin embargo, ese tipo de anticipaciones, como todas las demás, tiene fallos notorios: en el otoño de 2001 las pequeñas compañías empezaron a dar síntomas de que la crisis se estaba terminando, pero habría de pasar todavía un año y medio más para que eso sucediera. Hay que recordar que, tras el comienzo de la guerra en Afganistán en octubre de 2001, las Bolsas iniciaron una fuerte recuperación, que las llevó hasta los niveles actuales e incluso por encima (el Ibex 35 llegó a niveles de 8.900 puntos) para, meses después, en la primavera de 2002, iniciar una nueva caída que habría de llevarlas a los mínimos de octubre de 2002 y de marzo de 2003. Todo eso a pesar de que la economía norteamericana salía de la recesión en el mismo mes del ataque a las Torres Gemelas.

La situación en este momento parece mucho más sólida, aunque lo más problemático ahora son los grandes desequilibrios que siguen afectando a la economía mundial de los que son emblema y, podríamos decir, expresión concentrada, los déficit gemelos de EE UU: el déficit fiscal y el de la balanza comercial. La imagen de todo ello es el enorme superávit comercial de los países asiáticos. ¿Va a mejorar esa situación? La respuesta apunta a que va a ser positiva en el caso del déficit por cuenta corriente y es menos clara si se trata del déficit presupuestario.

El déficit hará difícil una recuperación sostenible del Dow Jones

Por una parte, y a pesar de que el déficit por cuenta corriente empeoró hasta casi sus niveles máximos en el mes de diciembre, lo normal sería esperar que a lo largo de este año se produzca una fuerte corrección del déficit comercial: algo así sucedió en los años ochenta, tras dos años y medio de depreciación del dólar. La consecuencia fue una recuperación del dólar de niveles de 1,32 hasta 1,03 dólares por euro y con las Bolsas en franca recuperación, tras el susto del crac de 1987. Año y medio después el dólar inició su caída.

El ritmo actual de incremento del gasto discrecional de la administración norteamericana (del orden del 8% anual promedio en términos reales) sólo es comparable al de las etapas de Richard Nixon y Gerald Ford, por lo que el déficit presupuestario será difícil de corregir. Y este factor, junto con los otros desequilibrios, harán difícil que sea sostenible una probable recuperación del Dow Jones hasta niveles de 12.000.

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