Milán, un escaparate de lujo
Si hay una ciudad que sólo con su nombre evoque la idea del lujo ésa es Milán. La menos italiana de las ciudades transalpinas es, desde hace varias décadas, uno de los centros indiscutibles de la moda y la vanguardia. La culpa de todo ello la tienen firmas como Armani, Dolce & Gabbana o Prada, que al elegir la ciudad como sede para sus negocios la han convertido en referente mundial de la creación.
Un ejemplo de ello son los diseños que estos días presentan los estilistas de más renombre. Desde el pasado domingo y hasta el próximo lunes, los amantes de la moda pueden deleitarse con las colecciones que Missoni, Fendi o Trussardi anticipan para el próximo otoño e invierno. Giorgio Armani, Roberto Cavalli, Gucci o Prada ya han presentado sus apuestas. En los próximos días lo harán Krizia, Dolce & Gabbana y Gianfranco Ferré. Así hasta completar un total de 218 colecciones en 96 desfiles diferentes.
Todo es magia en una ciudad en la que lo de menos son los precios. Al margen del frenesí de estos días, Milán ofrece un sinfín de oportunidades para los fanáticos de la moda.
Desde el Duomo, la catedral, se puede apreciar el crisol de escaparates que tanto caracterizan la ciudad. En la mismísima Galería Vittorio Emanuelle está enclavado uno de los mayores espacios que Prada tiene en Milán, y en el Corso del mismo nombre y en las calles adyacentes se apiñan los lujosos establecimientos de Louis Vuitton o Fendi.
El llamado cuadrilátero, que conforman la Vía Montenapolepone, Vía Gesú, Vía Sant'Andrea y Vía Della Spiga alberga establecimientos tan exclusivos como el de Valentino, Krizia, Versace, Moschino, Salvatore Ferragamo o Dolce & Gabbana, que ocupa varios establecimientos en la zona.
Perpendicular a Vía Montenapolone está Vía Manzoni, conocida sobre todo porque en el número 32 Giorgio Armani ha creado un espacio único que aglutina además de sus diseños otros espacios dedicados a los sabores (bombones), las plantas (floristería) o la decoración (con artículos para la casa). Cada rincón, incluido su restaurante y su club privado, está impregnado con su particular espíritu.
Otro espacio con personalidad propia es Corso Como 10, que en la misma calle y número que lleva su nombre, ofrece al visitante una especie de bazar de lujo.
La 'milla de oro', sólo al alcance de unos pocos
El emplazamiento de firmas como Dolce & Gabbana, Fendi, Laura Biagiotti o Moschino en el denominado cuadrilátero -el espacio que conforman la Via Montenapoleone, Via Della Spiga, Via Sant'Andrea y Via Gesù- ha provocado que los precios tanto de los locales como de las viviendas de la zona se haya disparado. Según el último boletín inmobiliario, que recoge las variaciones de los precios y cuyas últimas cifras corresponden a cierre de 2003, el metro cuadrado en la zona de una vivienda de segunda mano ascendía a 8.085 euros, mientras que si la vivienda era nueva, el precio se elevaba a 9.000 euros. Detrás de ésta se sitúa otra zona comercial, la enclavada en los alrededores de la Via Torino -donde Benetton, Sisley, Blue Sand y otras marcas tienen sus tiendas-. Sus precios, sin embargo, son algo más asequibles. Aquí, el metro cuadrado rondaba a finales de 2003 los 6.000 euros.