Deuda concentrada
Siete de cada diez familias que son propietarias de la casa en la que viven la tienen completamente pagada. Y sólo las tres restantes tienen pagos pendientes, según la radiografía de la estructura de la propiedad de los hogares aportada por el censo de viviendas de 2001. Con estos datos parece exagerado llevarse las manos a la cabeza por el alto endeudamiento de las familias, esgrimido por los políticos ante los toques de atención de los expertos.
No debe cuestionarse que el nivel de deuda de los hogares es alto. Pero da la impresión de que es sólo en una proporción de hogares, seguramente los formados por personas más jóvenes, con rentas más inestables y con unos activos adquiridos a precios desorbitados por el boom de los últimos años. En todo caso, el censo de Estadística obvia dos cosas importantes: que en los dos últimos años la adquisición de vivienda cara ha sido muy intensa -casi toda financiada con deuda- y el estado de la segunda residencia en los balances familiares, que puede elevar los pasivos de una proporción considerable de hogares. No obstante, el valor de la primera casa proporciona valor patrimonial suficiente como para contrarrestar tales pasivos.