Parmalat venderá los negocios no vinculados al agroalimentario
El grupo Parmalat seguirá en manos italianas, aunque se reducirá su dimensión al ponerse a la venta las actividades no directamente relacionadas con su negocio agroalimentario (leche y zumos, básicamente), según dijo ayer el ministro de Industria, Antonio Marzano.
Con este planteamiento, proyectado a sus inversiones en el extranjero para mantener el carácter de empresa multinacional, se trabaja en la redacción del plan industrial que Marzano examinó este jueves con el comisario extraordinario, Enrico Bondi.
'El resultado del plan industrial será una multinacional italiana, pero un poco más pequeña, porque se concentrará en su negocio principal y, por tanto, las partes no estratégicas imagino que serán vendidas', dijo el ministro. Marzano precisó que hay sociedades de Parmalat radicadas en el extranjero, que no concretó, de las que 'es útil no desprenderse, porque se enmarcan en su línea operativa básica y además tienen buenos resultados económicos', como es el caso de la española Clesa.
El plan de Parmalat que ayer examinaron el ministro de Industria y el comisario extraordinario, está previsto que esté terminado en sus líneas generales a finales de mes y deberá contar con la aprobación del comité de acreedores, que se constituirá la próxima semana.
Integrarán ese comité representantes de los cuatro bancos extranjeros y los cuatro italianos con mayor relación financiera con el coloso lácteo y un noveno miembro en nombre de los obligacionistas.
En relación con estos inversores en bonos de Parmalat, que vieron evaporarse sus ahorros tras el hundimiento de la sociedad, el ministro de Industria señaló que sigue pendiente la resolución sobre el posible reembolso de parte de las pérdidas y sus modalidades.
Paralelamente a los planes para reflotar la octava industria italiana, continúan las investigaciones judiciales con las que se trata de aclarar la trama financiera urdida durante años y que ha desembocado en un agujero multimillonario.
Bondi sigue con su estrategia de lavar la imagen de Parmalat, con una nueva oleada de anuncios en los medios italianos, en los que se da fe de la 'calidad' de sus productos y del 'esfuerzo' de sus trabajadores.