Nervios ante la negociación de Argentina con sus acreedores
El mercado de valores argentino recibió un buen susto el pasado 10 de febrero que se saldó con una caída del índice Merval de Buenos Aires del 7,88%. El descenso, el mayor de los últimos 10 meses, se debió, en parte, a la decisión de un juez estadounidense de confiscar los bienes argentinos en Washington para hacer frente al pago de la deuda que reclaman los bonistas privados.
Paralelamente, el Banco Mundial ha aplazado un crédito de 5.000 millones de dólares hasta que exista un pacto con los acreedores, ante la intención del Gobierno de Néstor Kirchner de reestructurar la deuda impagada en 2001, que asciende a 99.400 millones de dólares. Kirchner ha ofrecido 25 centavos por cada dólar que debe el país a los acreedores privados. 'La situación de la deuda argentina es compleja, porque ya se ha reestructurado varias veces', comenta el gestor de un fondo español que invierte en América Latina. 'Hay un verdadero tira y afloja, pero no creo que la reestructuración se produzca antes de fin de año y con suerte'.
El gobierno argentino ha anunciado esta semana la elección de los bancos internacionales que se encargarán de implementar la reestructuración de la deuda -Barclays Capital, UBS y Merrill Lynch- y que era una condición impuesta por el FMI para futuras concesiones de crédito. Ellos serán los encargados de canjear los bonos impagados por los nuevos títulos con una quita del 75%.
Entretanto, las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional siguen adelante, paralelamente a las que mantiene con los bonistas privados, aunque con un límite, el 9 de marzo, fecha en la que Argentina debe hacer un pago al FMI por valor de 3.100 millones de dólares.
'Elegir a los bancos internacionales permite a Argentina decirle al G-7 que están progresando y que lo hacen de buena fe, pero existe el peligro de que sean tan sólo más excusas', afirmaba esta semana a la agencia Bloomberg Mohamed El Erian, gestor de deuda emergente de Pacific Asset Management.
Los gestores y analistas, sin embargo, dudan de que el FMI vaya a permitir que Argentina impague su deuda con el organismo. 'Las agencias multilaterales están dispuestas a volver a prestar para que no se produzca el impago', sostiene un gestor.
'El presidente Kirchner ha advertido que no pagará la deuda que vence el 9 de marzo si antes no hay un compromiso desde el FMI de aprobar la segunda revisión del acuerdo (lo que significa refinanciar el vencimiento de deuda)', explica José Luis Martínez, economista de Citigroup.
Estados Unidos ha recibido bien la elección de los bancos, pero afloran dudas sobre si será suficiente para llegar a un acuerdo antes del 9 de marzo. 'Lo cierto es que de lo aprendido durante el último año en las negociaciones entre las autoridades argentinas y el FMI podemos sacar una conclusión clara: todo es posible', sostiene Martínez.
Muchos acreedores privados de los denominados fondos buitre están demandando al Estado por impago y exigiendo la confiscación de sus bienes en el extranjero. Lejos de ser anecdótico, genera mayor presión internacional en un momento, además, en que los atisbos de recuperación económica justifican las reclamaciones.