¿Qué hay de la radio digital?
Cualquier persona que tenga que realizar viajes largos en coche habrá sufrido la molestia de perder la sintonía de la emisora de radio que escuchaba. Al intentar sintonizarla de nuevo, cambiando de dial, habrá comprobado el fastidio que supone el no poder localizar la sintonía perdida. ¿No sería posible -piensa uno entonces- que cada emisora mantuviera el mismo dial en todo el territorio nacional? Pues antes -con las tecnologías convencionales de AM y FM- esas molestas interrupciones eran el pan de cada día. Ahora, gracias a la tecnología DAB (digital audio broadcasting), más conocida como radio digital, esas islas que son los actuales diales quedarían superadas, y con una única señal podríamos escuchar la emisora preferida en cualquier punto de nuestra geografía. Bueno, al menos eso es lo que nos dice la teoría, porque, desgraciadamente, la realidad es bien distinta. Aunque ya existen emisiones de radio digital, apenas existen receptores. Es como si hubiese un interés en enterrar las posibilidades de la nueva tecnología, que pasamos brevemente a comentar.
¿Qué ventajas presenta la radio digital frente a la convencional? Pues además de no tener que cambiar de dial cuando se viaja, el sonido digital ofrece una nitidez y una calidad similar a la de un CD, muy superior a la tecnología convencional. La señal está inmunizada frente a distorsiones e interferencias. Además, el transmisor digital presenta funciones multimedia y permite la interactividad. Por todas estas características no cabe ninguna duda que saldríamos ganando con la introducción de la nueva tecnología; hace unos años, todos los expertos estaban convencidos que tendría un fulgurante desarrollo en nuestro país: sorprendentemente se equivocaron.
Detengámonos brevemente en el origen de la radio digital. En 1986 la Conferencia Europea de Ministros decidió impulsar un proyecto Eureka para la creación de una nueva tecnología de radio que permitiera superar la sobresaturación del espectro radioeléctrico que las tecnologías convencionales sufrían en el espacio europeo. El proyecto cuatrienal lo encabezó Alemania, acompañado de empresas como AEG, Philips, BBC o Grundig, entre otras. En 1991 la tecnología digital se encontraba lo suficientemente desarrollada como para empezar con las pruebas , y poco tiempo después los distintos Gobiernos europeos comenzaron a conceder licencias para la emisión de radio digital.
A pesar del evidente desarrollo de los últimos años, España presenta una brecha tecnológica con su entorno
En España las licencias fueron concedidas por el Ministerio de Ciencia y Tecnología en 2000, siendo beneficiadas una docena de empresas. Cuatro años después nadie prácticamente utiliza la radio digital en nuestro país, a pesar de sus evidentes ventajas. Deberíamos preguntarnos ¿qué ha pasado? ¿Por qué no tiene la radio digital un desarrollo en España similar al que está teniendo en otros países, como el Reino Unido? Alguien debería darnos una respuesta, porque si no podríamos pensar o bien que la tecnología no está aún a punto, o bien que existen intereses ocultos para que esta tecnología no prospere.
Con los datos de que dispongo, podemos afirmar que la tecnología está suficientemente desarrollada en nuestro país. Varias cadenas emiten en digital, sin que sus voces sean prácticamente recogidas por nadie. A eso se le llama predicar en el desierto. Apenas se encuentran operativos unos 10.000 receptores, ya que nadie ha hecho nada por divulgar la nueva tecnología. Creo recordar que se creó una especie de comisión, formada por Gobierno y empresas, que tenía como objetivo desarrollar la tecnología de radio digital en España. De sus obras y logros nada hemos vuelto a saber. ¿De verdad que su prioridad era extender el uso de tecnología digital? ¿O se trataba simplemente de cumplir el expediente? Visto el triste resultado, más nos decantamos por la segunda opción.
España, a pesar de su evidente desarrollo económico de los últimos años, sigue presentado una serie de puntos débiles, que pueden condicionar nuestra competitividad futura. Una de los más importantes es la brecha tecnológica con nuestro entorno europeo. Nuestras infraestructuras y cultura tecnológicas son sensiblemente inferiores que la del resto de nuestros competidores. Con la radio digital estamos perdiendo una nueva oportunidad. El Gobierno debería ser interpelado en esta materia, aunque no nos consta ninguna iniciativa por parte de la oposición. ¿Es que a nadie le interesa nuestro desarrollo tecnológico? Alguien tendría que explicarnos con urgencia qué está pasando con la radio digital que nunca llegó.