Eurotunnel pierde 1.889 millones y reclama una reducción de la deuda
La empresa franco-británica Eurotunnel anunció ayer unos resultados desastrosos en el año 2003. La compañía, que explota el túnel ferroviario bajo el Canal de La Mancha, arrojó unas pérdidas netas de 1.889 millones de euros, frente a los beneficios de 508 millones que había registrado el año anterior.
La pérdida neta de 2003, que es más de dos veces la facturación de Eurotunnel, se debe principalmente a una depreciación excepcional de 1.845 millones de euros, correspondiente a la aplicación de una norma contable, según explicó la compañía en un comunicado. El entorno económico y una guerra de precios con las empresas de ferrys también influyeron en el resultado, afirmó la empresa. Con todo, el director general, Richard Shirrefs, explicó a la agencia Reuters que la deuda de 9.000 millones de euros que la compañía mantiene desde su creación es otro grave problema.
Shirrefs, en declaraciones a la agencia Reuters, pidió a los socios industriales de Eurotunnel y a los bancos que ayuden a cuadrar el balance reduciendo la deuda. 'Las tarifas están ahogando el tráfico, pero no podemos reducirlas hasta que no logremos equilibrar el balance', aseguró el directivo.
El mercado reaccionó ayer con escepticismo ante las intenciones de Shirrefs. Las acciones cayeron un 7,3% en la Bolsa de París y un 9,7% en la de Londres, tras seis meses de retroceso continuo.
La empresa, no obstante, asegura que los planes para reducir la deuda y rebajar las tarifas estarán diseñados a finales de este año y serán aplicados a principios de 2005.
'La gente siempre es escéptica cuando se trata de Eurotunnel y además el plazo impuesto es demasiado largo', afirmó un analista de Dresdner Kleinwort Wasserstein. 'Sin embargo, sabíamos que la empresa iba a tener que reestructurarse, así que es positivo ver que está dando los primeros pasos hacia esa dirección'.
Eurotunnel declinó ayer dar previsiones para 2004, aunque afirmó que no hay signos de recuperación para el mercado que opera. Sin embargo, ve el año 2006 como el principio del fin de sus problemas financieros. El Gobierno británico aplaudió los planes de la empresa, a pesar de que quizá tenga que dedicar fondos públicos a reflotar la compañía.