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París, último testigo de 'Live', de Joaquín Cortés

París será uno de los últimos testigos del espectáculo Live, de Joaquín Cortés. Tras dos años de gira por los escenarios de Europa y Latinoamérica, el duende flamenco llega hoy a la capital gala (Palacio de Congresos) de la mano de su principal embajador en el mundo.

En Live, Cortés ofrece en solitario un recorrido por los palos del flamenco. Arropado por 18 músicos, este bailarín que reivindica la fusión por su alcance internacional y es consciente de su papel en la exportación del flamenco en el mundo, se deja llevar durante dos horas por alegrías, seguiriyas, la soleá y el jaleo.

Envuelto con la imaginación de Giorgio Armani, diseñador de moda que le viste desde hace nueve años en sus espectáculos, Cortés privilegia en Live la música y el cante, que disfrutan de un mayor protagonismo que en espectáculos anteriores, y en la que el propio Cortés se atreve a tocar de forma esporádica el cajón. Le acompañan los guitarristas Pepe Montoyita y Piripi, y los percusionistas Fernando Favier, Morito, El Pájaro y El Bandolero.

Solicitado en el mundo entero tras su consagración internacional con Pasión gitana, Cortés se embarcará a partir del 8 de marzo en su nuevo espectáculo, De amor y odio, una obra que quiere plasmar a través de la danza, el teatro y la música, la dualidad del amor y el odio en la vida como emociones inseparables. Tras su estreno en Milán, Cortés llevará su nueva composición, esta vez interpretada junto a su compañía, Joaquín Cortés Company, a 14 ciudades extranjeras durante 2004.

Sólo después volverá a España, donde el bailarín siempre ha cuestionado la falta de medios para ensalzar y promocionar el flamenco.

Tras una puesta en escena de las emociones y sentimientos encontrados que envuelven al hombre, la compañía al completo finaliza el espectáculo con una triste y certera radiografía del momento actual: 'el ritmo rápido de hoy en día, la frialdad de las relaciones, la falta de tolerancia, el rechazo'. Y también pone énfasis en 'el caos y el miedo ante la falta de amor'.

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