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Guy Dollé

"Las plantas españolas deben reducir costes"

Guy Dollé, primer ejecutivo de Arcelor, la mayor siderúrgica mundial, tiene bien clara la estrategia de la compañía. Nacido en 1942, se incorporó como presidente de la dirección general del grupo en 2002 después de trabajar durante más de 22 años en Usinor, sociedad que junto con Arbed y Aceralia configuran Arcelor.

Pregunta. Una vez realizadas las desinversiones fijadas por la Unión Europea tras la creación de Arcelor, ¿continuarán vendiendo activos?

respuesta. Se ha demostrado que algunos de nuestros negocios no tienen la suficiente masa crítica y rentabilidad, y que lo mejor es que la gestión la lleve otro. De algunos de estos negocios ya hemos salido como la distribución de plásticos y los tubos soldados de pequeño diámetro. Ahora falta adaptar nuestra división de inoxidable y concentrarnos en los productos planos inoxidables en Europa y Brasil. Hemos tenido conversaciones, en particular en Tailandia, y, a lo largo de este año, tendremos algunas desinversiones.

Más información
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P. ¿Cuál será su núcleo de negocio?

R. Los productos planos y largos de acero al carbono, los inoxidables en Europa y Brasil y la distribución en Europa.

P. ¿Pueden cambiar de estrategia y realizar una decidida apuesta por el crecimiento de la compañía?

R. Tenemos que ser realistas. Hemos realizado sobradamente nuestro objetivo de reducción del endeudamiento. La deuda nos impedía crecer. Este año iniciaremos una política de crecimiento.

P. ¿Dónde?

R. Nuestra prioridad es claramente América del Sur y Brasil, donde ya tenemos una fuerte presencia. También aprovecharemos nuestra red de distribución y centros de servicios para entrar en Europa del Este. Vamos a invertir en Eslovaquia en un gran almacén. En 2003 pusimos en marcha una instalación en Turquía para la industria del automóvil.

P. ¿Tienen algo pensado en Rusia?

R. En 2005 vamos a arrancar con una nueva fábrica.

P. ¿En Estados Unidos?

R. Tendríamos la posibilidad de aportar a la industria del automóvil de Estados Unidos un servicio, una innovación que les resultaría útil. Contamos con un pequeño negocio en Canadá a través de una joint venture.

P. ¿Cómo instrumentarían su posible entrada en EE UU?

R. Posiblemente este año invertiremos en una línea de galvanizado. Estamos en conversaciones con socios y la decisión la tomaremos este primer semestre. Algún día seremos productores de acero en EE UU y no sólo para cubrir las necesidades de la industria del automóvil. Bueno, todavía pasarán entre dos y cinco años antes de lograr este objetivo.

P. ¿La fórmula para entrar en EE UU se podría ejercitar mediante un intercambio de participaciones?

R. Me gustaría; sin embargo, hay ser razonables. Si la empresa es muy importante, requiere una fuerte inversión y la fórmula podría ser una fusión. Pero, para no perjudicar a los accionistas, es necesario que la valoración de las compañías a fusionar sea equivalente. A fecha de hoy, la valorización de Arcelor, al igual que todas las siderúrgicas europeas en términos de Ebitda, es inferior a la de las empresas de EE UU y muy inferior a las de Japón. Mientras el mercado no perciba que nos hemos convertido en una empresa sólida y robusta tendremos problemas para cerrar una fusión intercontinental. Pasarán dos o tres años para que esto sea aceptado en el mercado.

P. ¿A qué se debe su presencia en China de la mano de la local Bao Steel y la japonesa Nippon Steel?

R. Lo que está ocurriendo en China es extraordinario. El año pasado aumentó la producción y el consumo de acero en un equivalente a la fabricación de Arcelor durante todo un ejercicio. Nos implantamos en China a través de esta joint venture para dar satisfacción a nuestros clientes de la industria automovilística (Nissan, Peugeot-Citroën, General Motors y Volskwagen.

P. ¿Piensan en otros países de Asia como lugar de inversión?

R. Será a más largo plazo. Por ejemplo en India, con 1.000 millones de habitantes. Deberemos buscar un socio de ese país si queremos hacer algo.

P. ¿Las inversiones en el exterior pueden afectar a medio plazo a las factorías europeas?

R. El tema es diferente si hablamos de los productos planos o de los largos. Para estos últimos es no, porque el mercado es muy local y somos los líderes en términos de costes. Para las plantas costeras fabricantes de planos tampoco, pero con la condición de que seamos capaces de mejorar permanentemente.

P. ¿Tienen planes en Europa del Este?

R. Hemos decidido no acudir a la privatización de la siderurgia polaca. Nuestros clientes se desplazarán a estos países y el coste de la mano de obra es diez veces inferior a la de los países de la Unión. Deberemos estar mediante la distribución de nuestros productos.

P. ¿Considera que se producirá una subasta con los derechos de Kioto?

R. Teóricamente sí. Si nos vemos obligados a pagar derechos, no podremos producir más y le recuerdo que la importación de acero sin derechos de CO2 se beneficiará de la situación.

P. ¿Estima que se deberían imponer cláusulas de salvaguarda?

R. Me gustaría conocer si la Comisión está dispuesta a imponer tasas a las aceros que no sean verdes. Dudo que lo haga. Nosotros hemos realizados dos veces lo que se nos pedía tras la acuerdos de Kioto. Hay que atacar el problema real y no a las empresas que han hecho los deberes. No estoy en contra de Kioto, pero Europa no puede actuar por sí sola.

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